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SEÚL.- El rescate del buque Sewol, hundido en aguas al sureste de Corea del Sur con aún 16 cadáveres en su interior, se encuentra estancado tras 10 días sin avances y con las operaciones este lunes suspendidas de nuevo por el mal tiempo y la reciente muerte de un buzo.
Los fuertes vientos y las olas de hasta cuatro metros hacen imposible continuar la búsqueda al menos hasta el miércoles, informó la Guardia Costera surcoreana, mientras los familiares de las víctimas que todavía quedan por recuperarse esperan en la cercana localidad costera de Jindo.
El Sewol, que transportaba a 476 personas, se hundió el pasado 16 de abril con un balance de 304 muertos. Los buzos han recuperado 288 cuerpos, pero aún quedan 16 dentro del ferry.
Ante la imposibilidad de recuperar más cadáveres, los equipos de rescate comenzaron la semana pasada a perforar ventanas del barco para acceder a compartimentos inexplorados hasta ahora.
El viernes falleció un buzo mientras participaba en esta tarea, un hecho que también influyó a la hora de suspender las operaciones por precaución ante las adversas condiciones meteorológicas.
Trascendió que el buzo fallecido era experto pero no tenía licencia y utilizó la de su hermano, lo que despertó críticas sobre la eficacia de los sistemas de verificación de los profesionales que participan en el rescate.
Mientras, estaba previsto que la investigación parlamentaria sobre el suceso comenzara hoy con la visita de un comité de 18 diputados de la Asamblea Nacional a los familiares de las víctimas en Jindo.
Sin embargo, finalmente solo se desplazaron allí algunos legisladores de la oposición, lo que ha trastocado el inicio del proceso.
En todo caso, la investigación oficial en curso parece haber determinado ya las causas del suceso, a la espera de que lleguen los resultados definitivos.
El transbordador Sewol se hundió tras realizar un giro brusco que desplazó la carga hacia un lado y desequilibró la nave, provocando su vuelco en apenas una hora, según las primeras conclusiones.
Al fatal desenlace contribuyó que el barco llevaba hasta el triple de su carga permitida y había sido sometido hace dos años a una agresiva remodelación que le hizo perder estabilidad.
Por estos motivos el considerado dueño de facto de la naviera, el millonario surcoreano Yoo Byung-eun, se encuentra huido y en busca y captura por su presunta responsabilidad en las diversas irregularidades en materia de seguridad y financieras.