POLLOCK PINES.- Un incendio forestal fuera de control en el norte de California amenazaba a 2.000 hogares tras consumir enormes extensiones de bosque maderero al este de Sacramento, mientras que otra localidad cerca de la frontera con Oregón hacía recuento de los daños causados por un fuego que quemó 200 viviendas esta semana.
En el fuego al este de Sacramento, 2.500 bomberos se enfrentaban a las llamas que amenazaban 2.003 viviendas y otras 1.505 estructuras más pequeñas, según el Departamento de Bosques y Protección contra el Fuego de California.
"Han sido unos días explosivos", dijo el portavoz de CalFire Daniel Berlant.
El fuego ha calcinado casi 44 millas cuadradas de árboles y arbustos y está contenido en apenas un 5 por ciento.
"Nos enfrentamos a un fuego grande y peligroso", dijo al periódico Sacramento Bee Laurence Crabtree, supervisor del Servicio Forestal de Estados Unidos para el Bosque Nacional de Eldorado.
La mayoría de las viviendas en peligro se encontraban en Pollock Lines, 60 millas al este de Sacramento. Cientos de casas fueron evacuadas, pero el número exacto no estaba claro en un primer momento.
Mientras, en la localidad de Weed, donde un incendio comenzó el lunes y arrasó la comunidad, equipos de bomberos iban casa por casa el miércoles para identificar los daños causados por un fuego que, según estimaciones de las autoridades, destruyó 110 casas y dañó otras 90.
Dos iglesias, un centro comunitario y la librería también quemaron terreno, mientras que una escuela primaria y el último aserradero de la ciudad resultaron dañados por las llamas, avivadas por vientos de 65 kph (40 mph).
Las compañías de seguros buscaban lugares para alojar a las personas que habían perdido sus hogares.
La causa del incendio, contenido en un 60 por ciento tras quemar 375 acres (151 hectáreas), estaba siendo investigada.
El acceso a los barrios quemados seguía prohibido, pero la gente ha ido encontrando formas de acceder.
El reverendo Bill Hoer, pastor de la iglesia Berean de Weed, dijo que volvía a tener electricidad en su casa, situada justo al borde de la zona devastada, y que tenía previsto volver el miércoles por la noche --pese a la orden de evacuación-- para evitar el vandalismo.