El alcalde Miguel Ángel Mancera (izquierda) visitó a las personas lesionadas junto al Presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera.
EFECIUDAD DE MÉXICO.- Un total de 39 personas siguen hospitalizadas, entre ellas nueve bebés en estado grave, por la devastadora explosión de gas ocurrida el jueves en un hospital infantil de Ciudad de México, que causó tres muertos.
De las 73 personas heridas en el estallido, "39 personas siguen hospitalizadas, 18 de ellas graves", dijo el alcalde Miguel Ángel Mancera desde el destruido hospital materno infantil de Cuajimalpa, precisando que nueve de los lesionados graves son recién nacidos.
Los nueve bebés están muy delicados y uno presenta incluso quemaduras "en hasta un 80-90%" de su cuerpo, mientras otros sufren lesiones de diferente tipo, explicó el secretario de salud capitalino, Armando Ahued.
La explosión se desató alrededor de las 07:15 horas del jueves (10:15 hora de Chile), cuando un camión cisterna estaba abasteciendo de gas este hospital público ubicado en el extremo suroeste de Ciudad de México, que atiende sobre todo a familias de bajos recursos y donde había en ese momento alrededor de 120 personas.
Según las primeras investigaciones, un problema con la manguera del camión causó una fuga que ni siquiera pudieron detener los bomberos que alcanzaron a llegar al lugar antes del estallido.
El alcalde Mancera dijo al canal Televisa que ya se abrió una investigación preliminar por "homicidio, lesiones y daño en propiedad ajena culposos". Los tres operadores del camión, de la empresa Gas Express Nieto, fueron detenidos el jueves.
El fiscal capitalino, Rodolfo Ríos, apuntó que se deben esperar los "exámenes periciales" para determinar las causas de la explosión y la responsabilidad de los trabajadores y la empresa.
La alcaldía está analizando si seguirá contratando los servicios de esta compañía, con la que trabaja desde 2007 y abastece actualmente a 31 hospitales capitalinos.
Mientras supervisaba los trabajos de retiro de escombros, Mancera aseguró que la alcaldía reconstruir, con apoyo del gobierno federal, el hospital, que quedó destruido en casi un 75% y donde autoridades estuvieron buscando todavía en la noche posibles supervivientes del accidente.
Aunque algunas personas alertadas por el fuerte olor a gas lograron salir a tiempo del hospital, muchos pacientes y trabajadores quedaron atrapados la mañana del jueves entre los escombros.
Un bebé y una mujer murieron en el acto, mientras que otra recién nacida, que fue rescatada de los escombros, murió posteriormente en la clínica donde era tratada.