Goto, en una de las tantas fotografías que se comparten de él, actualmente en redes sociales, bajo el hashtag de ''I am Kenji ''.
TwitterTOKIO.- Junichi Goto dijo hoy que albergaba esperanzas en que su hermano Kenji Goto, el periodista nipón ejecutado por el Estado Islámico (EI), fuera liberado mediante las negociaciones entre los Gobiernos japonés y jordano con ese grupo terrorista.
"Ya estaba preparado (para recibir la noticia de su ejecución). Aun así, al empezar las negociaciones esperaba que en el fondo iban a poder salvarlo y que podría regresar (a Japón)", dijo Junichi Goto, de 55 años, a la cadena pública NHK.
Esta semana, el EI había exigido la liberación de la terrorista Sayida al Rishawi, condenada a muerte en Jordania, a cambio de liberar a Goto y al piloto jordano Muaz Kasasbeh, también en manos del grupo.
Kenji Goto, un periodista entregado al conflicto sirio
Kenji Goto dedicó su carrera a cubrir conflictos bélicos y en especial la guerra civil siria, una trayectoria que sufrió un giro dramático con su secuestro por parte de Estado Islámico.
El anuncio de su decapitación ha llegado tras una tensa espera que se ha prolongado 12 días, desde que el pasado día 20, el grupo yihadista difundiera un vídeo en el que aparecía Goto junto a otro rehén japonés, Haruna Yukawa.
En un primer momento, EI amenazó con ejecutar a ambos rehenes si no recibía el pago de 200 millones de dólares en un plazo de 72 horas.
Cumplido este plazo, EI difundió otros dos vídeos en los que Goto anunciaba la ejecución de su compañero de cautiverio y comunicaba la exigencia del grupo terrorista de liberar a la extremista Sayida al Rishawi, condenada a muerte en Jordania por un atentado fallido en 2005, a cambio de su propia libertad.
Goto, de 47 años, permanecía secuestrado por el EI desde finales de octubre, aunque hasta la semana pasada no salió a la luz pública que era uno de los dos rehenes nipones cautivos del grupo (Yukawa había sido capturado en julio).
Este periodista freelance se había desplazado al territorio sirio controlado por EI a comienzos de octubre con la intención de cubrir la guerra civil, al igual que había hecho antes en otros conflictos en la región. Según los medios nipones, también viajó a Siria con el objetivo de mediar en el secuestro de Yukawa, a quien había conocido previamente en el país árabe.
Mientras que la desafortunada trayectoria de Yukawa -un supuesto emprendedor que buscaba negocios en Siria- no despertó demasiada simpatía entre los japoneses, el caso de Goto sí ha suscitado la compasión de la sociedad nipona.
Desde que se anunció su cautiverio, centenares de personas se concentraron frente a la residencia del primer ministro, Shinzo Abe, para solicitarle más esfuerzos y lograr la liberación de Goto.
Además, decenas de miles de personas han apoyado en las redes sociales la campaña "I am Kenji " ("Yo soy Kenji"), en la que cada simpatizante cuelga una foto con un letrero en el que figura dicho lema.