NUEVA YORK.- El único participante preso por los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, dijo a sus abogados norteamericanos que miembros de la familia real saudí donaron millones de dólares al grupo terrorista Al Qaeda en los '90.
El ciudadano francés Zacarias Moussaoui, apodado el "20º secuestrador", hizo estas revelaciones en un escrito presentado ante el tribunal federal de Nueva York por juristas de víctimas de los ataques, que acusan a Arabia Saudita de financiar a la red.
Éste afirma que creó una nómina digital de donantes de Al Qaeda, que incluye a miembros de la familia real saudita, entre ellos el ex jefe de inteligencia, príncipe Turki al Faisal y el príncipe Bandar bin Sultan, quien fuera embajador saudí en Washington durante 22 años, hasta 2005.
Además, dijo que se reunió en Afganistán con un alto funcionario de la embajada de Riad en Washington para discutir los planes de atentados de la red en Estados Unidos y debía reunirse con el mismo hombre en la capital estadounidense a fin de obtener ayuda para un atentado en el que se derribaría al avión presidencial Air Force One.
La embajada saudita en Washington DC negó las acusaciones.
"El ataque del 11 de septiembre ha sido el crimen más intensamente investigado de la historia y las pruebas muestran que no hubo involucramiento del gobierno saudita ni de funcionarios saudíes", afirma en una declaración.
Moussaoui, declarado criminalmente responsable en un juicio en 2006, se declaró culpable de conspiración en el mayor ataque terrorista de la historia estadounidense y está encarcelado en una prisión de máxima seguridad en Colorado.
"El jeque Osama quería mantener un registro de quién donaba dinero (...) a quién había que escuchar o quién contribuía a la yihad", agregó.
Las sumas obtenidas variaban entre 2 y 3 millones de dólares "cada vez que se ponían en contacto con alguien allá, porque la mayoría de los altos responsables cercanos a Osama bin Laden provenían también de grandes familias de Arabia Saudita".