MINSK.- Representantes de Kiev y de los separatistas prorrusos celebran este martes una nueva ronda de negociaciones en Minsk, Bielorrusia, previa a la cumbre entre Ucrania, Rusia, Alemania y Francia que debe presentar un plan de paz para el conflicto ucraniano.
"Puedo adelantar que las negociaciones no serán fáciles. Eso, seguro. Para todos, para nosotros y para ellos", afirmó este lunes Igor Plotnitski, líder de la autoproclamada república popular de Lugansk, una de las dos entidades creada por los prorrusos en el este de Ucrania.
La anterior ronda de conversaciones en esta capital concluyó en un rotundo fracaso debido a que los negociadores separatistas se negaron a reconocer al ex presidente ucraniano Leonid Kuchma como representante plenipotenciario de Kiev en el Grupo de Contacto para Ucrania, del que también forman parte Rusia y la OSCE.
Los separatistas han advertido que no harán concesiones a la hora de trazar la línea de separación de fuerzas después de conquistar cientos de kilómetros cuadrados de territorio en su ofensiva de las últimas semanas.
La situación en el frente ha cambiado considerablemente desde septiembre del año pasado, cuando Kiev y los rebeldes firmaron en Minsk un acuerdo de paz que incluía, entre otros puntos, el alto al fuego, una línea de separación de fuerzas y el alejamiento del armamento pesado, plan que nunca llegó a cumplirse.
"Puedo decir una cosa: difícilmente nos moveremos de la línea en la que nos encontramos ahora. Nuestro principio: ni un paso atrás. No cederemos aquello que hemos pagado con nuestra sangre", advirtió Plotnitski.
El Gobierno de Kiev considera inadmisible el planteamiento de los rebeldes e insiste en que debe cumplirse lo acordado en Minsk.
"Todas estas declaraciones sobre la línea de separación de fuerza real y la necesidad de modificar la contenida en los acuerdos son inadmisibles", declaró anoche el número dos del Gabinete de la Presidencia de Ucrania, Valeri Chali, a la televisión ucraniana.
El alto funcionario recalcó asimismo que Kiev descarta toda variable que implique el congelamiento del conflicto en el este del país.
"El congelamiento del conflicto conduce a una situación imprevisible. Nuestra postura consiste en hallar una solución", recalcó Chali.
De acuerdo con datos de la ONU, más de 5.300 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en los casi diez meses de conflicto armado en las regiones orientales de Ucrania.