Cuatro días antes de morir, Nisman acusó a la Mandataria, su canciller Héctor Timerman y allegados del gobierno de haber encubierto a los acusados iraníes por el atentado a la AMIA.
GDABUENOS AIRES.- El juez argentino Daniel Rafecas rechazó la denuncia, presentada por el fallecido fiscal Alberto Nisman, contra la Presidenta Cristina Fernández por presuntamente encubrir a ex gobernantes iraníes por un atentado antisemita en 1994 en la sede de la AMIA, según una fuente judicial.
Rafecas desestimó la imputación a la Presidenta, presentada por el fiscal Gerardo Pollicita, a partir de la presentación de Nisman.
"Resuelvo desestimar la denuncia por inexistencia del delito", dijo Rafecas en su dictamen sobre la imputación a la Presidenta presentada por el fiscal Gerardo Pollicita, a partir de la presentación de Nisman.
Cuatro días antes de morir con un disparo en la cabeza en su departamento en misteriosas circunstancias, Nisman acusó a la Mandataria, a su canciller, Héctor Timerman, y a allegados del gobierno de haber encubierto a los sospechosos iraníes por el atentado contra la mutual judeo-argentina AMIA con un saldo de 85 muertos y 300 heridos.
La muerte de Nisman ocurrió el 18 de enero la víspera de explicar su denuncia a una comisión del Congreso.
El ex Presidente iraní Ali Rafsanjani es uno de los imputados en la causa por el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Rafecas juzgó a militares de la dictadura (1976-83) por delitos de lesa humanidad y fue distinguido por sus estudios sobre el Holocausto (Shoá) que perpetraron los nazis, con los premios Derechos Humanos de la Fundación B'nai B'rith, Moisés 2011 de la Sociedad Hebraica Argentina y Gilbert Lewi de la Fundación Museo del Holocausto de Buenos Aires.
"Es un juez respetado, idóneo, de solidez profesional", opinó Luis María Cabral, ex presidente de la Asociación de Magistrados al conocer su designación en enero pasado en medio de la conmoción nacional por la muerte de Nisman en circunstancias que aún son investigadas por la fiscalía.
El caso dividió al país entre quienes piensan que Nisman fue una víctima del gobierno y los que denuncian un complot internacional para desacreditar a Kirchner impulsado por poderosos exagentes de los servicios de inteligencia echados de sus puestos el 17 de diciembre pasado.