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BRASILIA.- El Presidente venezolano Nicolás Maduro admitió este miércoles a su par brasileña, Dilma Rousseff, que tiene la "disposición de promover una reducción en las tensiones" diplomáticas con Estados Unidos, dos días antes del inicio de la Cumbre de las Américas en Panamá.
Rousseff conversó por teléfono con Maduro al final de la mañana y luego con el vicepresidente estadounidense Joe Biden, informó la presidencia brasileña en un comunicado.
El Mandatario manifestó a Rousseff "su disposición de promover una reducción en las tensiones con Estados Unidos en base al respeto mutuo a la soberanía nacional de los dos países.
La Presidenta saludó la iniciativa de Maduro y se colocó a su disposición para contribuir en esa dirección", señala el texto.
Venezuela y Estados Unidos atraviesan una fuerte crisis diplomática, a raíz de un decreto del Presidente estadounidense Barack Obama en el que considera al país sudamericano "una amenaza" a su seguridad nacional.
Maduro -con el respaldo de sus aliados regionales- anunció su intención de presentar 10 millones de firmas en la Cumbre de Panamá (10 y 11 de abril) para exigir a Obama que derogue la medida, que incluye además sanciones a funcionarios públicos venezolanos.
Washington ya había bajado el tono del decreto luego de que Ben Rhodes, alto integrante del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), señalara el martes que "Estados Unidos no cree que Venezuela represente una amenaza para su seguridad".
Rousseff abordó igualmente con Maduro "temas relacionados a la situación política venezolana" y reiteró "la disposición de Brasil a continuar solidariamente desarrollando iniciativas que permitan fortalecer el diálogo entre el gobierno y la oposición".
Con Biden, la presidenta confirmó su reunión con Obama en Panamá y discutió "cuestiones relacionadas con la próxima visita de la presidenta a Estados Unidos".
El encuentro en Washington podría ser una visita de Estado en 2016 o un encuentro de trabajo de alto nivel -aunque menos formal-, en 2015. La decisión se tomará en la reunión de esta semana.
Rousseff tenía prevista una visita de Estado a Estados Unidos en octubre de 2013 pero acabó postergándose tras el destape del escándalo de espionaje de agencias estadounidenses de inteligencia, que interceptaron teléfonos en todo el mundo, incluidos números privados de la mandataria.
Desde entonces, los dos países se han concentrado en recomponer sus relaciones.