GINEBRA.- A pesar del anuncio del fin de los bombardeos contra los rebeldes hutíes en Yemen, la situación sobre el terreno no mejorará a corto ni mediano plazo porque los múltiples conflictos políticos en el país no han sido resueltos, advirtió hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
"Esperemos que la situación mejore, pero, honestamente, no soy muy optimista porque ninguno de los problemas políticos que son la causa primigenia de múltiples conflictos que coexisten han sido resueltos", afirmó en rueda de prensa Robert Mardini, coordinador regional para Medio Oriente del CICR.
Ayer, la coalición de países árabes suníes liderada por Arabia Saudí -y con apoyo de Estados Unidos- anunció el fin de sus bombardeos contra los hutíes y el inicio de una nueva operación para reconstruir Yemen.
Mardini acaba de volver de una visita de tres días a Yemen en donde ha intentando hacer una evaluación de la situación sobre el terreno.
Su conclusión es que desde el punto de vista político todo es muy confuso y desde el punto de vista humanitario la situación es "catastrófica".
"La situación ha ido de mal a peor. Hay que recordar que esta última guerra se sustenta sobre años de conflictos. La gente está exhausta por los bombardeos indiscriminados día y noche", agregó.
Mardini recordó que según cifras de la OMS, ha habido una media de cincuenta muertos y doscientos heridos diarios desde el inicio de los bombardeos, el 26 de marzo, "una cifra que sabemos que es mucho menor que la real".
Ante las enormes necesidades sobre el terreno, el CICR ha decido incrementar su presupuesto inicial de 15 millones de francos suizos hasta 45 millones para proyectos en ese país.
Con ello pretende, cuando la situación lo permita, ofrecer agua y comida a 20.000 personas; hacer un análisis de las municiones no explotadas que pueden suponer un importante riesgo para la población, y reiniciar las visitas a los detenidos.
"Todo esto lo haremos conforme podamos, dado que las necesidades son enormes", afirmó, al tiempo que dijo esperar contar con la colaboración de todas las partes en conflicto, tal y como lo han hecho hasta ahora.
La coalición árabe anunció el fin de los bombardeos al considerar que ya ha alcanzado su objetivo de eliminar el potencial militar de los rebeldes hutíes chiíes, y frenar la amenaza de seguridad regional.
Arabia Saudí y sus ocho aliados árabes justificaron su intervención el pasado 26 de marzo en la necesidad de respaldar la legitimidad del presidente del país, obligado a huir, y frenar el avance de los rebeldes chiíes, que -apuntaron- suponían un peligro para los países vecinos.
Las fuerzas árabes no se retirarán totalmente del Yemen, puesto que seguirá habiendo operaciones militares contra los rebeldes hutíes mientras los países de la coalición lo consideren necesario, aunque estarán dirigidas solo contra posiciones de los rebeldes chiíes.
Asimismo, habrá un bloqueo marítimo para supervisar las islas y aguas yemeníes y evitar el contrabando y suministro de armas a las milicias hutíes y a las leales al expresidente Alí Abdalá Saleh. EFE