Las submuniciones desplegadas por las bombas de racimo pueden permanecer activas durante años y se convierten en una amenaza para los civiles.
Reuters (archivo)DUBAI.- La organización Human Rights Watch (HRW) acusó nuevamente este domingo a la coalición árabe que realiza ataques en Yemen, bajo la dirección de Arabia Saudita, de usar armas de racimo que multiplican el riesgo de herir o matar a civiles, en particular niños.
La entidad con sede en Nueva York citó al menos dos casos de personas que fueron víctimas de estas armas prohibidas por un tratado internacional.
El 27 de abril, cerca de la localidad de Al Amar, en la región rebelde de Saada (norte de Yemen), al menos dos civiles resultaron heridos por una bomba de racimo que había sido lanzada desde un avión. Dos días después, en la localidad de Baqim -cerca de la frontera saudí- cuatro personas, entre ellas un pequeño de 10 años, resultaron heridos por la detonación de un artefacto de este tipo.
Las bombas de racimo se abren tras ser lanzadas y despliegan gran número de pequeños dispositivos explosivos.
"Las submuniciones no explotan inmediatamente y tienen la capacidad de herir y matar a los que las tocan accidentalmente", recordó HRW.
El 3 de may pasado, la organización ya había acusado a la coalición de utilizar en su campaña aérea en Yemen contra los rebeldes chiitas apoyados por Irán armas de racimo proporcionadas por Estados Unidos.
Arabia Saudita, EE.UU. y Yemen no han ratificado la Convención Internacional sobre Armas de Racimo, adoptada en 2008 por 116 países.
Uno de los principales riesgos de largo plazo que estas armas implican para la población civil reside en que las submuniciones que no estallan se convierten en verdaderas minas terrestes, que pueden causar la muerte o mutilar a civiles mucho tiempo después de su lanzamiento.