Dionigi Tettamanzi. |
Angelo Scola. |
Camillo Ruini. |
Carlo María Martini. |
Norberto Rivera Carrera. |
VATICANO.- Aún no han sido llamados a Roma los 117 cardenales que deben participar del Cónclave para elegir al próximo Sumo Pontífice. La convocatoria oficial sólo puede realizarse una vez que Juan Pablo II haya muerto; sin embargo, los purpurados ya se encuentran en camino hacia el Vaticano, según informó el diario La Repubblica de Italia.
Según el código eclesiástico, el derecho de elegir al Romano Pontífice respecta únicamente a los cardenales de la Santa Iglesia Romana, excepto aquellos que, antes del día de la muerte del Sumo Pontífice o antes del día en que la Sede Apostólica quede vacante, hayan cumplido 80 años de edad.
No más de 120
El número máximo de cardenales electores no debe superar los 120. Hace unos días, el número de cardenales electores disminuyó, porque alcanzaron esa edad, el angoleño Alexandre do Nascimento y el ecuatoriano Antonio José González Zumarraga. El próximo cardenal que cumplirá 80 años, es el patriarca emérito de Venecia, Marco Cé, de cumpleaños el 8 de julio.
Existe, además, el cardenal
in pectore, de quien se desconoce el nombre (muchos indican al secretario del Papa, Estanislao Dziwisz), que participaría en el Cónclave con plenos derechos. En ese caso, el número de electores se elevaría a 118.
En este momento, sin embargo, el grupo de los italianos está compuesto de 20 purpurados, el más numeroso, aunque se retire monseñor Cé. En el Colegio Cardenalicio están presentes los cinco continentes con 66 países, 52 de los cuales tienen prelados electores y entre estos sólo Estados Unidos tiene 11 representantes, los demás países no superan los 10. No obstante, la fuerte presencia italiana no necesariamente debe influir en el Cónclave.
Fue el mismo Juan Pablo II quien quiso respetar la tradición de la prevalencia de los italianos en el Colegio Cardenalicio, 114 fueron nombrados por él y sólo quedaron en la
nómina montiniana el alemán Joseph Ratzinger, el estadounidense William Baum y el filipino Jaime Sin. En la Capilla Sixtina la votación podría comenzar, incluso, con un cardenal italiano.
Un nombre repetido
Entre los veinte cardenales italianos, el nombre más repetido durante las últimas semanas es el del arzobispo de Milán, Dionigi Tettamanzi, de 71 años, quien fue secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana y arzobispo de Génova.
Su nominación hace tres años en Milán, por decisión de Juan Pablo II, pareció casi una investidura. Otro nombre que suena fuertemente es el del patriarca de Venecia, Angelo Scola, de 73 años. También Scola, que pertenece a "Comunión y Liberación", recibió una señal de predilección del Papa, cuando hace unos días lo nombró relator general del próximo Sínodo de Obispos. Ambos son reconocidos teólogos que vienen del mundo académico.
Otro de los preferidos del Papa es el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Camillo Ruini (quien ofició la misa por el Papa en San Giovanni), a quien nombró Vicario de Roma; además del secretario de Estado, Angelo Sodano, uno de los principales colaboradores de Juan Pablo II.
Entre los italianos, Ruini, de 74 años (famoso teólogo y un experto político) es también el más conocido en el exterior, luego de ser el relator general de Sínodo Especial de 1990 sobre Europa y porque la CEI ha ayudado generosamente a la Iglesia en el tercer mundo.
Carlo María de Martini
Conocidísimo y estimado a nivel mundial es el cardenal Carlo María Martini, pero como al arzobispo de Boloña, Giacomo Buffi, le juega en contra la edad. Escasas posibilidades también tienen, por su poca experiencia pastoral, los cardenales italianos que cubren los cargos de la Curia: Angelo Sodano, Giovanni Re, Attilio Nicora, Crescenzio Sepe, Francesco Marchisano, Sergio Sebastiani y Renato Martino, así como Mario Pompedda y Agostino Cacciavillan.
Sodano podría aumentar fuertemente sus posibilidades al papado si en la primera votación no fuera elegido un italiano. Esto puesto que sus cargos como nuncio en Chile y ministro del exterior y secretario de Estado Vaticano, podrían suscitar el apoyo de los 20 cardenales latinoamericanos que admiran su labor en las relaciones entre la Iglesia y los gobiernos de dicho continente.
Los nombres más escuchados entre las posibilidades latinoamericanas son cinco: Nicolás López Rodríguez, de Santo Domingo; el salesiano Oscar María Rodríguez Maradiaga de Honduras; Norberto Rivera Carrera, de Ciudad de México; Jorge Mario Bergolio de Buenos Aires, y Claudio Hummes de Sao Paulo. A eso se suman los indios Iván Dias y Telesphore Toppo.
En Europa destaca entre los no italianos, el arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn.
En estos días, ha tomado fuerza el nombre del alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero sus 77 años, su marcado carácter conservador y sus condiciones de salud vuelven improbable su elección.