Especial: Juan Pablo II (1920-2005)
CRACOVIA, Polonia.- Cracovia, la ciudad de la que Juan Pablo II fue arzobispo, se fundió hoy en un llanto multitudinario, silencioso y resignado, exponente del dolor de la "capital santa" de Polonia y anunció de la noche en vela que mantendrán miles de cracovianos por "su" Karol Wojtyla.
La plaza de la Curia Episcopal y la basílica de la Ofrenda de Santa María estaban ya a rebosar de feligreses, desde que cayó la noche sobre Cracovia, cuando la noticia de la muerte del Papa desató las lágrimas de los miles de personas congregadas en esos lugares.
"Llevamos días aquí. Sabemos que era irremediable. Pero aún así, nadie como un polaco puede sentir en estos momentos tanto el dolor por la muerte del Papa", comentaba un fraile franciscano, en la puerta de la basílica de su orden, vecina a la curia episcopal.
La mayoría de templos, capillas y parroquias de toda Polonia habían decidido, una noche más, no cerrar sus puertas.
Las inmediaciones del Palacio Episcopal quedaron colapsadas en cuestión de minutos, ante el hervidero de personas que salieron de sus casas en dirección al centro al saberse la noticia para acompañar el duelo.
La legendaria ventana donde solía asomarse el Papa en sus viajes a Cracovia, a la que durante los días pasados se orientaban las miradas de los cracovianos, apareció más solitaria que nunca, mientras radios y teléfonos móviles difundían la noticia.
Las plegarias y cantos, rosarios y salmos llenaron el casco antiguo de Cracovia, tanto en la Plaza Mayor del Mercado, donde está la célebre basílica de Santa María, como ante la Curia Episcopal y su más modesta iglesia de San Francisco de Asís.
Las velas, flores y poemas que, en los días anteriores, habían depositado los cracovianos en las puertas y ventanas de la Curia se multiplicaron por millares, como lo hizo el llanto resignado del pueblo polaco, por la pérdida de su más querido ciudadano.