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Científicos de EE.UU. enfrentados por teoría que contradice a Darwin

Los defensores de la obra del naturalista británico Charles Darwin no encuentran fundamento en la teoría "diseño inteligente", que sustenta sus postulados en una "inteligencia superior".

12 de Mayo de 2005 | 18:05 | AFP
WASHINGTON.- La comunidad científica estadounidense está enzarzada en una encendida polémica sobre la teoría del "diseño inteligente", que a contramano del evolucionismo darwinista postula que la vida en la Tierra es obra de una inteligencia superior.

Desde que "El origen de las especies", la obra del naturalista británico Charles Darwin, revolucionó la biología hace 145 años, el evolucionismo ha sido la teoría científica dominante.

Pero el apoyo al "diseño inteligente" de un puñado de biólogos y personas ajenas a la comunidad científica ha puesto a los darwinistas a la defensiva, mientras alienta a los grupos cristianos conservadores que consideran la teoría de la evolución contraria a la Biblia.

Para sus detractores, el "diseño inteligente" es una mezcla nada científica de política y religión.

"En el fondo, se trata de un movimiento religioso cristiano", afirmó Barbara Forrest, una profesora de filosofía de la Universidad del Sudeste de Louisiana.

En el bando contrario afirman que el evolucionismo no responde todas las preguntas sobre el origen de algunas formas de vida.

"La ciencia no avanza ignorando algo que está a la vista", dijo Michael Behe, profesor de bioquímica de la Universidad de Leigh y defensor del "diseño inteligente".

Básicamente, esta teoría sostiene que algunas estructuras halladas en organismos vivos, como los flagelos de las bacterias o las alas extra en ciertas moscas, no pueden explicarse con los conceptos darwinianos de selección natural y variación al azar. Es evidente que fueron diseñadas, asegura Behe, aunque es reticente a decir por quién.

Los darwinistas, que aún constituyen la inmensa mayoría de los científicos, afirman que Behe y otros partidarios del diseño inteligente se valen de los misterios que la ciencia aún no despejó para concluir que son obra de una inteligencia superior.

El debate cambia de tono

En los últimos meses, el debate se ha caldeado.

El biólogo Richard Sternberg demandó al Museo Smithsoniano de Historia Natural en Washington por calificarlo de fundamentalista religioso e impedirle acceder a sus instalaciones por su papel como editor en la publicación en 2003 de un artículo de Stephen Mayer, defensor del diseño inteligente.

Si bien Sternberg no avala ni refuta la teoría, los defensores del diseño inteligente lo comparan con Galileo Galilei, perseguido por la inquisición en el siglo XVI por sus hallazgos astronómicos.

Jonathan Wells, un miembro del conservador Instituto Discovery estadounidense doctorado en biología y en estudios religiosos, afirma que la evidencia empírica permite concluir que el diseño inteligente existe, y rechaza las críticas que califican a la teoría como un "nuevo creacionismo", una explicación de la creación basada en la Biblia.

Sin embargo, los "creacionistas" de varios estados del país se han valido del diseño inteligente para tratar de introducir sus creencias en las aulas, como ocurrió en noviembre en Dover, Pensilvania (nordeste), donde se ordenó a los profesores de biología incluir esta teoría en sus clases.

Wells criticó esta medida. "No estamos tratando de meter el diseño inteligente a la fuerza en las aulas", aseguró.

Pese a la creciente animosidad, ambos bandos coinciden en que demostrar la existencia del diseño inteligente según los parámetros científicos tradicionales es casi imposible. "¿Puede la ciencia demostrar si Dios existe? No", afirmó Wells.

"Es difícil reconciliar la ciencia con las preguntas filosóficas cristianas", afirmó por su parte Vittorio Maestro, de la revista de Historia Natural estadounidense. "Nosotros no los convenceremos y ellos no nos convencerán a nosotros".
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