GRANADA.- Eduardo Tagua, excarcelado hace tres días y que ha pasado unos 50 años de su vida en distintos presidios, aseguró hoy a EFE-TV que su único objetivo es volver a ingresar en cualquier prisión para morir allí, ya que para él "la sociedad es la cárcel" y fuera ni tiene ni quiere a nadie.
Este presidiario, que nació en 1939 en el penal de Málaga porque su madre era reclusa 1939- aseguró hoy en Granada (sur) que se hace pasar por delincuente "para poder volver a la cárcel".
Explicó que cuando murió su madre fue a un colegio, donde por "la falta de educadores" cometió su primer delito, "robar un bote de colonia a sor María Luisa", por lo que fue ingresado en un reformatorio y luego por otros "delitos", dice que muchos de ellos asumidos aunque no cometidos, a una larga lista de penales del país.
Aseguró haberse "metido en atracos" en Burgos, Santander o Madrid sólo con la intención de volver tras las rejas, ya que vio "más cariño en los presos que en la sociedad" y que ahora que tiene libertad "no quiere que le den el (seguro de) paro" porque considera que ya no tiene edad de trabajar.
No se considera delincuente y subrayó que siempre se ha inculpado para permanecer en la prisión, se mostró crítico con el actual sistema penitenciario porque "cuando una persona sale en libertad debe salir con un trabajo" y abogó por que el Gobierno "dialogue con comunes y no con asesinos" y facilite su reinserción laboral.
Para este hombre, la cárcel está "peor que antes porque los funcionarios no ganan nada, mientras que los presos no tienen trabajo y salen peor de lo que entran".
Tagua señaló que conoce la cárcel Modelo de Barcelona, la antigua de Carabanchel en Madrid -su favorita, "es una pena que la quitasen", dice- y los penales de Burgos, Valencia, Valladolid o Salamanca, entre otros.
Recordó que estuvo en Carabanchel con José María Jarabo, el asesino de clase alta que confesó haber matado a cinco personas y que fue ejecutado por el procedimiento del garrote vil en 1959.
"Jarabo vivía como un marqués y yo le limpiaba su celda, que estaba en la quinta galería", añadió Tagua.
Por ahora, este ex recluso no sabe qué va a hacer al estar en libertad y piensa "vender algún jamón o algo" ya que no quiere robar ni morir de hambre, y entre sus planes no figura encontrar compañía: "no he estado nunca con una mujer ni lo estaré".
Eduardo Tagua lleva dos noches durmiendo en las puertas de los juzgados de Granada, a cuyos funcionarios responsabiliza de su excarcelación, para reclamar su nuevo ingreso por "un montón de causas pendientes" y, aunque subraya que no se considera delincuente sino "honrado", insiste en que le dejen morir en la cárcel, donde se encuentra su verdadera vida.