BREMERHAVEN.- El zoológico alemán de Bremerhaven, Alemania, fracasó nuevamente en su intento de aparear a sus pingüinos homosexuales con hembras traídas de Suecia, según comunicó hoy el recinto.
Los pingüinos de la especie Humboldt, misma raza que habita la costa chilena, que se conservan en dicho zoo corren peligro de extinción, en vista de que se han juntado en parejas del mismo sexo ante la falta de hembras.
El año pasado, los veterinarios de Bremerhaven trataron ya de emparejarlos con hembras del zoo sueco de Kolmarden, pero éstas llegaron a Alemania demasiado tarde para el apareamiento.
Ahora, el impedimento parece ser el miedo al contacto. "Las suecas no se atreven", dijo la directora del zoológico, Heike Kueck.
Así, ante la falta de cooperación de las hembras, durante el periodo de apareamiento volvieron a formarse entre los machos parejas del mismo sexo.
De todas maneras, Kueck afirmó que entre los 22 animales se han formado cuatro parejas heterosexuales, por lo que éstas podrían traer al mundo a pequeños pingüinos. Entre las parejas se encuentra una que en 2005 dio a luz a dos pingüinos machos.
La directora aseguró que el intento de juntar a los machos alemanes con las hembras suecas forma parte de un proyecto serio llevado a cabo a nivel europeo para evitar la extinción de la especie. Mientras que al zoo alemán le faltan hembras, el de Suecia las tiene en abundancia y las cedió también a un zoológico de Holanda.
La falta de hembras en Bremerhaven pasó desapercibida durante mucho tiempo en vista de la dificultad para esclarecer el sexo de los pingüinos Humboldt.
Desde hace años, los pingüinos del zoo vienen juntándose en parejas del mismo sexo y ante la falta de alternativas acaban luego incubando piedras.
La importación de las hembras suecas había generado fuertes protestas de organizaciones de homosexuales, incluso en Estados Unidos. Los activistas acusaron al zoológico en correos electrónicos y cartas de querer arrebatar con violencia a los pingüinos su derecho al amor en una pareja del mismo sexo.
Sin embargo, según Kueck, la formación de parejas entre machos no es una forma de autorrealización de los pingüinos sino un instinto natural ante la falta de hembras.
Las parejas se forman de nuevo todos los años. Entre las parejas heterosexuales, dos de las hembras cambiaron de macho. Sin embargo, los pingüinos "gays" volvieron a juntarse con su pareja del año pasado después de que las suecas no les prestaran atención.