PARÍS.- La expansión del mercado de los biocombustibles conlleva la carestía de comida en los países pobres, lamenta el director general de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU, Jacques Diouf, en una entrevista publicada por Libération.
"Las importaciones de alimentos de los países menos avanzados en el 2007 costará un 90% más que en el 2000", se queja el senegalés. La "fiebre del oro verde" "entraña un aumento de los precios de los productos vegetales y también de los alimentos animales", explica Diouf.
"Este año, el valor de las importaciones alimentarias mundiales se prevé que sufra un aumento del 5% en relación al 2006. Como siempre, son los países más vulnerables los más afectados", señala.
Según él, "son los grandes productores agrícolas y las multinacionales las que más beneficio sacan" del tirón de los biocombustibles.
Por otra parte, el director general de la FAO también denuncia que el cambio climático "va a afectar en especial a los más desfavorecidos, los pequeños agricultores y los pastores nómadas que dependen directamente de una agricultura pluvial".
"En África, entre 55 y 65 millones de personas más corren el riesgo de hambruna hacia el año 2080 a causa de una elevación de la temperatura de unos 2,5 grados", advierte.