MILÁN.- Sean ravioles, canelones o espaguetis, los italianos pronto tendrán que pagar un 20% más por sus pastas.
Grupos de consumidores convocaron mañana a un día de huelga de pasta -no su consumo sino su compra- para protestar por el aumento. Pero los productores dicen que la huelga contra el plato nacional italiano es improcedente, porque el precio está vinculado a un aumento global en el costo de los granos.
La pasta es una tradición de la cocina italiana y se asocia con la identidad nacional. Con frecuencia las familias discuten qué tipo de pasta conviene para la salsa del día. El italiano promedio come 28 kilogramos de pasta por año.
"No hay plato más barato", dijo Furio Bragagnolo, vicepresidente de la asociación italiana de fabricantes de pastas. "Quien decida hacer huelga contra la pasta gastará más en cualquier otra cosa que compre. Un plato de pasta probablemente cuesta menos que una manzana", agregó.
El aumento en el precio de la pasta es impulsado por el alza en los precios del trigo en el mundo, dicen economistas y productores. La demanda de trigo es resultado de distintas tendencias, en particular la creciente demanda de biocombustibles, que pueden producirse con trigo.
Francesco Brtolini, economista en la Universidad Bocconi de Milán, dijo que otro factor es la mejor dieta en países en ascenso, donde el mayor consumo de carne aumenta la demanda de forraje para el ganado.
Como resultado, disminuyen las existencias de trigo en el mundo y aumentan los precios de los granos. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos dijo hoy que los inventarios estadounidenses están en su menor nivel en 33 años.
Italia sólo produce la mitad del trigo duro que se usa para producir pasta y pan de alta calidad. El resto lo importa de mercados como Estados Unidos, Canadá y Ucrania.