WASHINGTON.- La guerra de Irak protagonizó uno de los enfrentamientos en el debate entre el candidato republicano John McCain, que defiende que ha sido un éxito, y el demócrata Barack Obama, que considera que se ha producido con un gran derroche y desatino.
McCain, héroe de guerra de Vietnam, defendió la guerra de Irak, que ha permitido “traer paz y estabilidad” al país árabe, y destacó que las tropas tienen que volver a casa, con “victoria y con honor”.
No obstante, reconoció que el próximo Presidente del país tendrá que decidir “cómo y cuándo regresan las tropas”, pero McCain dejó claro que debe ser cuando “se alcance el éxito militar”.
El republicano subrayó que “hay mucho en juego” y que es necesario estabilizar la región para evitar entre otras cosas un fortalecimiento de Irán.
Obama, que se preguntó “por qué fuimos a Irak”, destacó que: "ojalá hubiera estado en un error cuando me opuse a la guerra”, y subrayó que se han gastado hasta ahora 600.000 millones de dólares, se han perdido 4.000 vidas, y hay más de 40 mil heridos.
El demócrata insistió en su promesa de iniciar la retirada de tropas, de manera progresiva y responsable, 16 meses después de llegar a la Casa Blanca, con objeto de poder destinar recursos a otros conflictos, como el de Afganistán, porque: “no hemos vencido todavía a Al Qaeda”.
Después del dinero invertido en los conflictos bélicos, dijo Obama, “Al Qaeda está resurgiendo con más fuerza que nunca, y ello sin mencionar que nos estamos gastando 10.000 millones de dólares al mes”.
"Ojalá no tenga que utilizar la fuerza militar cuando sea Presidente”, dijo el demócrata, “pero si lo hago, lo haré con sabiduría”.
McCain, por su parte, acusó a Obama de haber votado en contra de la escalada militar que realizó Estados Unidos en Irak en enero de 2007, y de no reconocer los éxitos conseguidos al elevar las tropas a 165.000 soldados.
Obama reconoció que ha sido un éxito, pero sólo porque ha permitido “resolver el desastre que se había producido en los cuatro años anteriores” de la guerra.
Aclaró que si votó en contra de la escalada, no era por no dar más fondos al ejército, sino porque en la iniciativa legislativa no se había incluido un calendario de retirada, como pedían los demócratas.