MADRID.- La organización separatista armada vasca ETA asumió la autoría de cinco atentados entre enero y mayo de este año, incluidas dos bombas trampas contra policías vascos que no lograron su objetivo, en un comunicado remitido al diario vasco "Gara".
ETA reivindica en el comunicado a "Gara", la colocación de un artefacto que estalló junto a un repetidor de televisión en la madrugada del 16 de enero en el barrio de Santa Bárbara en Hernani (País Vasco, norte), en cuya área se encontraron posteriormente otras dos bombas.
Estas últimas tenían como objetivo atentar contra los artificieros de la ertzaintza (policía regional vasca) que acudieran a desactivar el primer artefacto.
ETA también asume la colocación de un auto-bomba en el Campo de las Naciones, una zona de negocios de Madrid, el 9 de febrero pasado, horas después de que el Tribunal Supremo anulara las candidaturas electorales de los radicales independentistas, cercanos a la organización clandestina, de cara a las elecciones regionales vasca del 1 de marzo.
La explosión, que no causó heridos pero sí abundantes daños materiales tuvo lugar junto al edificio de una filial del grupo constructor Ferrovial, empresa contra la que, según ETA, iba dirigido el ataque.
La organización armada justifica este atentado "debido a la responsabilidad contraída por sus trabajos (de Ferrorival, ndlr) en el Tren de Alta Velocidad, que Madrid está llevando a cabo para incidir en la partición y destrucción de Euskal Herria (Gran País Vasco en vascuence, ndlr) por medio del cemento".
ETA y su entorno se oponen a la construcción del nuevo trazado de alta velocidad en el País Vasco y ha colocado entre sus objetivos a las empresas que trabajan en el proyecto.
La organización armada vasca también reivindica otro ataque con bomba contra una sede de los socialistas vascos el 23 de febrero que no causó víctimas en Lazkao, que según ETA, forma parte de su campaña "contra los partidos fascistas españoles".
Por último, la organización clandestina reclama la colocación de un pequeño artefacto el 26 de marzo cerca de la casa de un empresario vasco, que, según ETA, se negó a pagar el dinero que se le pedía, así como el ataque contra un repetidor de telefonía en la localidad de Gurienzo (Cantabria, norte) el 6 de mayo pasado.
Esta última explosión tuvo lugar un día después de que el socialista Patxi López asumiera el cargo como primer lehendakari (presidente regional vasco) no nacionalista.
Estas reivindicaciones llegan al día siguiente de que la guardia civil desarticulara un plan de ETA para sacar a dos de sus activistas de la cárcel, en una operación en la que fueron detenidas siete personas, entre ellas tres miembros de ETA.
Según el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, con ese plan de fuga ETA "intentaba elevar la moral de su tropa", ya que "sus militantes están preocupados por su seguridad y tienen buenas razones para estarlo", y ETA "está pasando por un mal momento".
Desde el fracaso de un intento de negociación con el gobierno socialista español durante una tregua de algo más de un año que terminó en junio de 2007, ETA ha asesinado a seis personas, al tiempo que la presión policial ha permitido el arresto de varios dirigentes de la rama militar de la organización armada.