Zahi Hawass junto a la momia de Tutankamón en su tumba ubicada en el Valle de los Reyes, en Luxor.
AFPEL CAIRO.- Los egiptólogos arden de impaciencia por conocer los resultados de las pruebas de ADN a la que fue sometida la momia de Tutankamón, que serán revelados el miércoles, aunque hay quienes dudan de que esos test permitan desentrañar muchos secretos históricos.
El director de la administración de Antigüedades egipcias, Zahi Hawass, prometió que los resultados de los análisis revelarían "secretos sobre la familia" del "faraón niño", que reinó hace más de 3.000 años y cuya filiación sigue siendo un misterio.
El arqueólogo estadounidense Raymond Johnson, quien trabaja en Luxor, se declaró "impaciente por saber lo que va a ser anunciado".
"En otros casos esos análisis resultaron sumamente útiles para demostrar relaciones" de parentesco, explicó.
"Espero mucho realmente. Esto nos permitirá salir del círculo cerrado de las hipótesis", afirmó, por su parte, Alain Zivie, quien dirige la misión arqueológica francesa de Bubasteion, cerca de El Cairo.
Los análisis de ADN fueron decisivos para identificar al hijo de Luis XVI de Francia, el rey guillotinado durante la Revolución Francesa, así como para la identificación de los restos de los miembros de la familia del zar Nicolás II muertos durante la Revolución Rusa.
Pero, pese a que el cuerpo embalsamado de Tutankamón está relativamente bien conservado y no hay dudas sobre su identidad, algunos especialistas señalan la dificultad de aplicar esa técnica a cadáveres de varios milenios de antigüedad.
La primera dificultad reside en el estado de los elementos de ADN recogidos en cuerpos embalsamados por decenas de personas con numerosos productos, y posteriormente manipulado quizá durante excavaciones o saqueos.
"El problema principal es tener un ADN fiable en restos tan antiguos", señaló Michel Wuttmann, del Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO) de El Cairo.
También pueden tener un ADN en mal estado las momias que fueron pasadas por rayos X en el pasado. Por ejemplo, la de Ramsés II, tratada con cobalto para destruir los hongos que la atacaban, tiene ahora un ADN sumamente degradado.
Wuttmann espera sin embargo que las investigaciones sobre Tutankamón permitan progresos en esta técnica. "Nos encantaría disponer de una herramienta fiable y de un procedimiento validado para muchas otras investigaciones, a menudo menos espectaculares", dijo.
El ex director de las Antigüedades egipcias y profesor de arqueología en la universidad de El Cairo Abdel Halim Nureddin se muestra crítico, y afirma que no se "puede decir de manera categórica que los test de ADN puedan dar verdaderos resultados en momias" de tal antigüedad.
"Los análisis de ADN en arqueología no son suficientes. Se necesitan otras pruebas arqueológicas que nos permitan establecer con certeza la genealogía de Tutankamón", sostuvo.
Por lo demás, la falta de momias totalmente identificadas de los posibles padres y madres del faraón hace problemática la comparación de ciertos ADN, señalan los expertos.
Marc Gabolde, de la universidad de Montpellier (sur de Francia), estima que, respecto a Tutankamón, "el problema que se plantea está ligado a las hipótesis históricas sobre su ascendencia" y a la "incertidumbre sobre la identidad de un cierto número de momias".
La mayoría de los historiadores consideran que Tutankamón era hijo de Akenatón (Amenofis IV). Otros piensan en el predecesor de Akenatón, Amenofis III, o en su sucesor Semenejkara.
Nefertiti, esposa de Akenatón, es considerada por muchos como su madre, pero otros citan a Kiya, esposa secundaria del mismo rey, o a Maia, nodriza de Tutankamón.