Comunicación directa. Laurence Golborne conversó por primera vez con los mineros e inmediatamente entregó los detalles a la prensa.
ReutersCOPIAPÓ.- Un ministro de Minería cada vez más sonriente es el que enfrenta ahora a los medios de comunicación en la mina San José. Sólo tiene buenas noticias, como la que entregó hace pocos instantes.
Laurence Golborne señaló que en el primer contacto telefónico con los rescatistas, los 33 mineros atrapados contaron que "están bien, todos sanos, no tienen ningún problema de salud, salvo uno con un dolor de guatita, y que tienen mucha hambre".
El secretario de Estado dijo que pudieron bajar un teléfono con la primera "paloma" que se ingresó al fondo del yacimiento, lo que les dio nociones concretas del estado de salud y estado anímico de los trabajadores tras 18 días a 700 metros de profundidad.
"Los mineros contaron que se han logrado mantener bebiendo agua y que tienen hambre por razones obvias", explicó Golborne, añadiendo de paso que las autoridades en el lugar esperan mantener de forma constante la comunicación durante el proceso de rescate que se inicia.
El ministro también señaló que "los mineros pidieron que les enviaran comida, escobillas para los dientes y algo para los ojos (por la irritación)".
Por último Golborne relató otro momento de mucha emotividad: "Cuando les contamos que sus familiares estaban en el campamento, ellos gritaron un ceacheí".
El titular de Minería reconoció, sin embargo, que el equipo a cargo del operativo aún no les ha explicado a los mineros atrapados el tiempo que durará su rescate: de tres a cuatro meses.
Treinta y tres frascos de comida en gel
En tanto, André Sougarret, coordinador de las faenas de rescate en la mina, confirmó que los mineros no están utilizando el refugio, donde se suponía que estaban protegiéndose. "Ellos dicen que tienen un problema de ventilación en ese sector, y en la próxima paloma se les va a enviar oxígeno", dijo el ingeniero.
Sougarret agregó que el equipo de rescate tiene planificado retomar los sondajes que están más cercanos al punto de refugio de manera tal de contar en los próximos días con tres fosos para proveerles a través de uno de ellos una mejor ventilación. Contrario a lo que la opinión pública pensaba, los mineros cuentan con un espacio de mediano tamaño, no reducido, que les permite moverse con cierta facilidad.
Las "palomas" que bajan al fondo del yacimiento tardan una hora en hacer contacto con los mineros y una hora más en regresar a la superficie, por ello los suministros que se les envían tienen que ser precisos. Por ejemplo, en la primera "paloma" se les enviaron 33 frascos de comida en gel con indicaciones de cómo ingerirlos para que no les causen un daño estomacal por la escasa alimentación y el agua no potable que bebieron.