MADRID.- El escritor y crítico de arte argentino Marcos Ricardo Barnatán, que desde hacía 10 años no publicaba un libro de poesía, ha vuelto al panorama de la lírica con "Consulado general", un título que defiende la idea del cosmopolitismo y que, al tiempo, recoge su condición de "transterrado".
"Soy un trasterrado -asegura el poeta a EFE-, nací en Buenos Aires en 1946, pero a los 18 años me viene a Madrid, después recorrí otras partes del mundo y todo esto te hace no ser de ninguna parte, y el título obedece a la sensación viaje constante, de ir siempre presentando pasaportes por los consulados".
Marcos Ricardo Barnatán, autor de los poemarios "El oráculo invocado", "El libro de David y Jerusalén" (Premio Internacional de Barcarola en 1991), y de las novelas "El laberinto de Sión", "Gor" y "Con la frente marchita", asegura que con la poesía se siente más libre que con cualquier otro género.
"Me siento más libre -dice-, tengo una libertad especial, una cercanía con uno mismo que no lo da la novela; pero, además, estoy muy contento con este libro, porque cuando eres joven la poesía sale más fluida, tiene más expresividad, pero con la madurez, el poema se retrasa y cuando sale supongo que es mejor", asegura.
Dividido en cuatro partes temáticas, "Consulado general" reúne tonos que ya estaban presentes en sus anteriores obras.
La primera parte, que da título al libro, reflexiona sobre algunos de los principales creadores literarios, desde Fernando Pessoa, a Paul Celan, pasando por Emily Dickinson o Jorge Luis Borges.
Aquí el poeta se cuestiona la relación entre la literatura y la memoria, la poesía y la propia vida.
En la segunda parte del libro bajo el título de ''August'' subyace de una forma u otra la ciudad de Nueva York que funciona como hilo conductor y catalizador de emociones.
"El misterio del señor" ahonda en la tradición hebraica que asoma en otros de sus poemarios, y en ella indaga el sentido místico y humano de algunos textos cabalísticos.
"El alma que canta" es la cuarta y última parte de este poemario en el que el autor de "La república de Mónaco" emprende un viaje sentimental a su infancia bonaerense, como él dice su "verdadera patria".
Barnatán, que compagina su actividad creadora con la crítica de arte en el diario español "El Mundo", cree que la poesía es lo más "íntimo", lo que más dice de un autor, y considera que ésta tendría que venderse más que otros géneros.
"Los poemas son breves y hay tiempo para ellos, mientras que una novela conlleva un gran esfuerzo en la lectura", afirma Barnatán a la vez que asegura que se "lee poca poesía porque la gente está poco educada para ello".
Pero además este especialista en Borges saca tiempo para mucho más, ya que hace un mes publicó un libro de relatos, ahora este poemario, y acaba de terminar el primer tomo del libro de sus memorias que llevará por título "El Príncipe de Alepo".
Y también acaba de poner el punto final al diccionario de artistas españoles del siglo XX y prepara sus "collages" artísticos para exponerlos próximamente.
