CANNES, Francia.- El director norteamericano David Lynch regresó el miércoles al festival de cine de Cannes para presentar su producción más reciente, la película "Mulholland Drive", que narra por medios poco convencionales la historia de una joven actriz que viene a Hollywood en busca de fama y fortuna.
La película toma su título de la famosa calle Mulholland, que atraviesa el distrito angelino de Hollywood Hills haciendo múltiples y peligrosas curvas.
El argumento de la película tiene tantas curvas como la calle que le da su nombre, pero el director -cuya filmografía incluye "The Elephant Man", "Blue Velvet" y "Wild at Heart", ganadora de Cannes en 1990- declinó ofrecer una sinopsis.
La guía oficial del programa de Cannes se limita a decir que la película es "una historia de amor que se desarrolla en la ciudad de los sueños" (Los Angeles).
"Esa línea la escribí yo", dijo Lynch en una entrevista. "Porque eso es lo que la película significa para mí. Y también porque no hay párrafo o páginas o lo que sea que pueda decir lo que dice la película porque son sólo palabras. Y es un poco absurdo tratar de decir en unas pocas palabras el resultado de dos años de trabajo en una película".
Las protagonistas son Naomi Watts, que hace el papel de la aspirante a estrella, y Laura Elena Harring, que interpreta a una paciente de amnesia. Ambas mujeres se encuentran por casualidad y tratan de hallar soluciones a los diversos enigmas que se les presentan en su camino.
"Creo que todas las pistas (que ofrece la cinta) están dadas para permitir una interpretación, pero probablemente haya tantas interpretaciones como espectadores de la película", dijo Lynch. "La mente humana es muy activa en la solución de los rompecabezas. Y eso es muy válido: lo que la mente encuentre, eso resuelve el problema".
La película dura dos horas y media, lo cual es bastante más que la mayoría de sus rivales en la competencia oficial de Cannes.
La duración de una película "está dictada por lo que se siente que debe ser", dijo Lynch. "Cuando uno comienza a modificar la duración por razones arbitrarias, se está engañando a sí mismo".
Muchos distribuidores prefieren películas de dos horas o menos para que los dueños de cine puedan tener más funciones diarias.
"Es mejor tener cinco funciones diarias con la sala llena que seis con la sala vacía", dijo Lynch. "De modo que es mejor dejar que la película tenga el largo que necesita".