BRASILIA.- Un decreto oficial publicado este jueves en el Diario Oficial brasileño establece una política para el cine brasileño y la creación de una Agencia Nacional del Cine (Ancine).
Esta agencia estará dirigida por cinco personas con plenos poderes sobre la industria, la producción y la distribución de películas brasileñas y extranjeras.
El decreto está firmado por el Primer Mandatario brasileño, Fernando Henrique Cardoso, y precisa que la entidad dependerá de la presidencia de la República durante un año antes de ser transferido al Ministerio de Desarrollo, de la Industria y del Comercio Exterior.
El decreto prevé multas hasta de 800.000 dólares para quienes alquilen o vendan videos piratas y para las salas de cines que no suministren regularmente la cantidad de espectadores o de películas proyectadas.
Un decreto en mayo pasado obligó a los propietarios de cines brasileños a reservar una cantidad determinada de días al año sólo a la proyección de películas nacionales.
Las cuotas varían en función del número de salas.
Los propietarios de una sola sala tendrán que pasar películas brasileñas 28 días por año mientras que las cadenas de cines de más de 11 salas deberán reservar 217 días a las películas nacionales.
Una multa de 10% sobre el promedio de la facturación de las entradas está prevista para aquellos que no respeten el decreto.
Brasil se sitúa en el penúltimo lugar (antes de Indonesia) en cuanto al número de salas de cine con respecto a su población.
Sobre cerca de 170 millones de habitantes, unos 7 millones solamente van al cine, una cifra inferior a la del número de internautas de este país (8,4 millones hasta finales de 2000), según datos oficiales. Mientras tanto, el sistema de televisión por cable es utilizado por unos 3 millones de personas en un país donde hay 40 millones de televisiones.
