Carlos Santana en el Zócalo de la Ciudad de México. |
MÉXICO.- El guitarrista Carlos Santana reunió ayer a más de 120.000 personas en su primera actuación en el Zócalo de Ciudad de México, la mayor plaza pública del país que bautizó como "el corazón de América".
Santana, que nació en la localidad de Autlán, estado mexicano de Jalisco, estuvo acompañado en el concierto por un mariachi y al ritmo del son jaliscience "La negra" se reencontró con sus raíces.
El guitarrista heredó el gusto por la música de su padre, que era violinista de un conjunto mariachi en Jalisco.
En el concierto, el músico de 57 años, interpretó sus grandes temas, como "María, María", que tuvo una gran recepción; "Samba pa’ti" y "Mujer de magia negra".
También interpretó unas notas del "Concierto de Aranjuez", que acompañó con una guitarra acústica.
Con una imagen de la Virgen de Guadalupe en su pecho y en su espalda, y su boina de cuero negra, el guitarrista se despidió del público mexicano en el concierto del Zócalo, que cerró una gira por el país donde nació.
Discurso político
El "Chamán", como también se le conoce al guitarrista, aprovechó su gran convocatoria en el Zócalo para dar un breve discurso político, aunque sus palabras no convencieron a todos los asistentes, algunos de los cuales incluso lo pifiaron.
"Es un honor estar esta noche en el Centro de las Américas, en México, porque desde Canadá hasta la Argentina, éste es el corazón del continente", empezó diciendo el guitarrista, que tiene la nacionalidad estadounidense y reside en ese país.
"La realidad es que el mundo actual enfrenta situaciones muy duras, pero existe el amor y el respeto, aunque falta la compasión porque con la música se puede cambiar la mentalidad de la gente, hasta la de (el presidente de EEUU, George W.) Bush", indicó.
Santana también instó a los tres mayores partidos políticos de México a que "dejen las diferencias y de pelarse como perros y gatos".
