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Excelente comienzo 30/5/2005

03 de Junio de 2005 | 21:27 |
Gilberto Ponce

Desde hace treinta y cuatro años la "Fundación Beethoven" viene organizando sus temporadas, que se han convertido en referentes musicales en nuestro país, pues hasta sus escenarios han llegado solistas y conjuntos de envergadura internacional.

Su motor y gestor, Fernando Rosas dio inicio a la edición 2005 del ciclo de conciertos, en el Teatro Oriente, agradeciendo a su fiel público y a las empresas auspiciadoras, para luego presentar a sus invitados, en esta ocasión, el excelente conjunto belga, y especialistas en repertorio barroco, Ricercar Consort.

Dirigido por Philippe Pierlot, quien además es el intérprete en viola da gamba, los otros instrumentistas son François Fernandez y Luis Otavio Santos en violines barrocos y Laurent Stewart en clavecín.

El programa se estructuró en obras para cuarteto, dúos y solos, pudiéndose constatar en cada una de estas combinaciones el altísimo nivel de los visitantes.

La única observación que podríamos hacer, es una extraña desafinación en el violín primero, en la Sonata BWV 1037 de Johann Sebastian Bach, que suponemos fortuita y debido la frío de la sala, pero con resultados notables en el Largo de la misma sonata.

El programa de gran exigencia, transitó por autores franceses, alemanes e italianos.

La primera parte se inició con dos movimientos de la suite "La Española" de François Couperin, quedando de manifiesto el afiatamiento y el sentido de fraseo del grupo.

Una verdadera clase fue el solo de viola da gamba de Pierlot, en una de las tres partes del "Tercer Libro" de Marin Marais, tocado con una vitalidad, expresión y sutileza impresionantes.

Luego, con la suite para clavecín de Louis Couperin, Laurent Stewart extrajo todas las posibilidades del instrumento, pues con una digitación sorprendente realiza elegantes ornamentaciones, destacando voces en un estilo pocas veces visto.

Este grupo comunica verdadero goce en lo que realizan, goce que fue transmitido en los seis movimientos de la "Sonata en Do mayor" de Dietrich Buxtehude, con todos sus juegos imitativos, de preguntas y respuestas, o en sus fragmentos de virtuosismo solístico, donde se reivindicó ampliamente el violín primero. Esta sonata que concluye con un hermoso movimiento lento, dejó casi atónito al público por su perfección.

El público no cesaba de lanzar gritos de aprobación ante el cúmulo de perfección que cayó a raudales con la sección final, donde se escucharon obras de Johann Schenck, Andrea Falconiero, (sus espectaculares "Follias") o la desconocida Sonata de Antonio Bertali, de gran expresividad, junto a la jubilosa sonata de Biagio Marini, inspirada en una canción popular florentina.

Poder escuchar a un conjunto que estudia de tal forma el repertorio, sus articulaciones, arcos, fraseos y sonoridades, recreando así la música del período barroco, transportándonos de esta forma a su elegante y a veces recargado mundo social, es un privilegio, que se constituye en un regalo no solo para el público, sino también para la gran cantidad de estudiantes que escucharon el concierto por especial invitación de Fernando Rosas.

El encore de un autor belga, fue escuchado por sólo un grupo de agradecidos, ya que una parte del público salió rápidamente, mientras se despedía de sus amistades.

Un gran concierto, a cargo de un gran conjunto.
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