El artista chileno Alfredo Jaar. |
SANTANDER, España.- El artista chileno Alfredo Jaar, que fotografió el genocidio de Ruanda, aseguró hoy que el ciudadano está sometido a un "bombardeo de imágenes" sin precedentes que no está preparado para asimilar, entre otros motivos, porque "en la escuela se nos enseña a leer, pero no a ver".
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de la ciudad norteña de Santander, acoge esta semana un curso sobre la ética y política de la representación visual. Este seminario es concebido como una continuación de la exposición de imágenes de guerra que organizó el año pasado el Fórum Universal de las Culturas que se celebró en Barcelona (este), en la que participaron artistas como Jaar o el catalán Francesc Torres.
Ambos expusieron hoy en Santander sus críticas a la imagen de los conflictos bélicos que transmiten los medios de comunicación cuando pierden su imparcialidad y defendieron el arte como reducto de libertad y como vía para reflejar el dolor que generan las guerras.
Alfredo Jaar explicó en conferencia de la paradoja que percibe en un mundo sometido a "un bombardeo de imágenes sin piedad, sin previo aviso, que no tiene precedentes", pero en una sociedad donde las imágenes están sujetas "a más control que nunca, tanto por parte de los gobiernos como por parte de las corporaciones".
"La gran mayoría de las imágenes que recibimos nos animan a consumir, consumir, consumir. ¿Cómo puede sobrevivir entre ellas una imagen de dolor, una imagen que representa la guerra? Esas imágenes no sobreviven", reflexionó este artista chileno, quien sostiene que las imágenes de los conflictos que transmiten los medios de comunicación están "perdidas en un contexto de puro consumismo".
El arte, defendió, puede "cubrir la brecha inmensa" que media entre la realidad y su representación, pero no debe reproducir la realidad, sino crear su propia realidad. "Lamentablemente, lo mismo hace la prensa, que ha perdido su imparcialidad", apostilló.
Jaar hizo estas aseveraciones desde su convencimiento de que toda manifestación artística es producto de una reflexión, de algún tipo de compromiso, porque "el resto es decoración", sentenció.
