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La visita de un Maestro 23/9/2005

28 de Septiembre de 2005 | 18:32 |
Gilberto Ponce

Sólo "estelar" es el calificativo que cabe a la visita de Anatol Ugorski, el asombroso intérprete ruso que se presentó en ciclo "Grandes Pianistas" del Teatro Municipal.

Alejado de cualquier gesto ampuloso, sobrio casi hasta la humildad en sus saludos de agradecimiento a un público que lo ovacionó, Ugorski es un cúmulo de bondades tanto técnicas como musicales.

En un programa de tanta dificultad como belleza, el visitante dio muestras sobradas de maestría, logrando los primeros "bravos" del público ya en la primera obra. En efecto, su lectura de la Chacona en Re menor para la mano izquierda, de J. Brahms —cuyo original para violín pertenece a J. S. Bach— fue de extrema delicadeza. La claridad de voces, así como los perfectos fraseos, que logran mantener el espíritu de Bach en el lenguaje de Brahms, dieron cuenta de la potencialidad de Ugorski.

Generalmente los pianistas la ubican al final de sus presentaciones, en razón de sus espectaculares características. No obstante Ugorski cierra la primera parte con los "Cuadros de una Exposición" de Mussorgsky, en su versión original para piano.

El invitado se aleja de cualquier intento de acercarse a la versión sinfónica para la misma obra de Ravel. Su enfoque es eminentemente pianístico, extrayendo de cada una de sus partes todos los elementos descriptivos y musicales.

La versión fue una verdadera clase de conceptos dinámicos y de derroche técnico. Destacaremos su enfoque distinto para las diversas "Promenade", las sugerencias de "El viejo Castillo", lo lúdico del "Ballet de los pollitos en el cascarón", la descripción de "El mercado de Limoges" y la espectacular "Gran puerta de Kiev" y sus contrastes dinámicos, en los que fue posible intuir fragmentos de cantos litúrgicos ortodoxos en las secciones "piano".

La respuesta del público fue delirante.

Interesantes resultan las obras siguientes. De F. Liszt se ofrecieron dos de sus arreglos para dos obras de F. Schubert y su "paráfrasis" sobre temas de la ópera "Rigoletto" de Verdi. En las dos primeras obras, el compositor húngaro conserva perfectamente el carácter poético descriptivo de Schubert, insinuando discretamente su propio estilo. En cambio en la paráfrasis está presente toda la potencia creadora de uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos.

Ugorski fue responsable de captar toda la riqueza musical de las tres obras, marcando las diferencias de estilo de cada una de ellas.

No dejó de llamar la atención el entusiasmo del artista por la obra sobre "Rigoletto", que le llevó a cantar sutilmente algunas de las secciones de la obra.

La Fantasía "Wanderer" en Do mayor, sobre el Lied del mismo nombre de Franz Schubert, cerró la brillante jornada, mostrándola entre el lirismo, melancolía y pasión, enfatizando los momentos introspectivos, de forma conmovedora.

Ante las ovaciones de un público que de pie le agradecía, Anatol Ugorski, interpretó como encore un preludio también para la mano izquierda, ahora de Scriabin, haciendo un arco expresivo total en su presentación, que se había iniciado con otra obra de similares características.

Esta fue una presentación que prestigia al Teatro Municipal, y que confirma la fama de este ahora profesor en el Conservatorio de Detmold, poseedor de la sencillez de los grandes maestros, cuyo único compromiso es con las obras y los autores que interpreta.
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