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Todos con Mendes

08 de Enero de 2006 | 00:00 |
Tal como pasó con Santana hace un tiempo, ahora le toca el reconocimiento a Sergio Mendes: el músico brasileño que hace cuarenta años marcó el éxito "Mais que nada" es el nuevo fetiche del hip-hop y el soul contemporáneos, tal como se oye en su nuevo disco Timeless. "Es un encuentro de la bossa nova con artistas de hoy", dice.

David Ponce



DJ Mendes: el músico brasileño posa en primer plano junto al rapero Will.I.Am, de Black Eyed Peas, que produjo su nuevo disco (Foto: Universal Music).
Se pasó diez años sin grabar un disco, pero ahora que tiene uno es como si hubiera llamado a un invitado por año para recuperar el tiempo perdido. En su nuevo álbum Timeless, el músico brasileño Sergio Mendes hace dúo con las divas estadounidenses del rhythm and blues Erykah Badu, Jill Scott e India.Arie, con el cantante pop Justin Timberlake, con el astro absoluto Stevie Wonder, con el cantautor soul John Legend, con los raperos Black Eyed Peas y con los maestros de ceremonia Q-Tip y Will.I.Am.

La selección que armó Sergio Mendes está mejor que la de su compatriota Alberto Parreira: es buena parte de la primera línea de la música afroamericana de estos días. Mendes es el hombre que hace exactos cuarenta años, en 1966, impactó al mundo con un éxito radial llamado "Mais que nada", una canción del autor brasileño Jorge Ben que, sin ser propiamente una bossa nova acústica y quieta al modo tradicional, difundió a gran escala ese ritmo brasileño encaramada en el éxito del legendario LP Brasil 66, de Mendes y su conjunto.

La mejor prueba de cómo Mendes vendió bossa nova en EE.UU. es el bautismo gringo que se ganó la propia canción: "Mais que nada" se convirtió simplemente en "Pow pow pow", gracias a la traducción más fácil de ese coro universal que dice "opá, opá, opá" y que entonaban sus dos coristas, rubia y morena. Hoy ese mismo éxito está al inicio de Timeless (2006), y ese disco tiene a Sergio Mendes en vuelta en una de las más exitosas giras de su carrera, ahora que él tiene 65 años y está al teléfono en alguna parada en España. Y Sergio Mendes se oye muy entusiasta al teléfono.

"Está yendo muy bien la gira, hemos tocado en varios países de aquí en Europa, el disco está en todas las paradas de sucesos (hit parades, es decir "desfiles de éxitos" o "listas de éxitos") de acá, hemos tenido una audiencia fantástica, la gente baila toda la noche", enumera sin pausas.

–¿Son teatros?
"Son grandes locales. En Italia habremos tenido quince mil personas, el otro día veinte mil… son festivales de verano de aquí".

–¿Qué tanto está basado este espectáculo en el disco Timeless?
"Hacemos canciones nuevas del disco y cosas anteriores. Hacemos más o menos un viaje musical. Música de mi disco Brasil 66 y las canciones de Timeless".

–¿Y tocas las versiones originales o las del disco nuevo?
"Hacemos ‘Más que nada’ nuevo. Y hacemos ‘The look of love’ (el éxito de Burt Bacharach) en la vieja versión".

–¿Entonces tienes que tener un rapero invitado?
"Tengo yo un rapero fantástico, que se llama Krshna, entonces podemos hacer todas las canciones que tienen rap e el disco".

–¿Qué tan diferente es esta gira de las que habías estado haciendo en el último tiempo?
"Ah, muy diferente. Ahí hay toda una platea, una audiencia que ya tiene el disco nuevo, y también tienes la audiencia de los otros. Es un excitement diferente".


Hip-nova y bossa-hop

Sergio Mendes pronuncia excitement (excitación) con la misma propiedad con la que habla en un más que cómodo español, como un ciudadano del mundo. Nacido en la ciudad brasileña de Niteroi en 1941, se instaló en California ya en 1964, desde donde ha dirigido hasta hoy su carrera.

–¿Es más fácil considerar este disco una colaboración con músicos nuevos o un homenaje?
"Este disco es un encuentro de los clásicos de la bossa nova, de la música brasileña, con artistas de hoy y con el mundo del hip-hop, del rhythm and blues y todo esto. Es un encuentro musical".

–¿No existe la tentación de considerarlo un tributo, ya que eres el mayor?
"Sí, claro: un tributo a la canción brasileña, principalmente".

–¿Por qué habías perdido el interés en grabar?
"No tenía verdaderamente una inspiración. Aquí cuando conocí a Will.I.Am (productor del disco e integrante de Black Eyed Peas: se pronuncia "Wil ai am"), platicamos, conocía toda mi música, tenía todos mis discos, me invitó a tocar en su disco Elephunk, entonces ahí vino la motivación".

–¿Y cómo fue la elección de las canciones del disco? ¿Compartida?
"Sí, nos sentamos por dos o tres días e hicimos una gran lista. Hay muchas cosas que todavía no grabamos y vamos a grabar en el próximo".

–¿Cuándo?
"Creo que empezamos a grabar a fin de año".

–¿Cómo surgió grabar con Stevie Wonder o con Justin Timberlake?
"Con muchas coincidencias, porque ahí estaba Stevie grabando en el mismo estudio que nosotros, en otra sala, y es un viejo amigo. Vino a visitarme ahí, escuchó la música y me dijo que quería participar. La misma cosa con Justin Timberlake: es un amigo de Will.I.Am, vino al estudio, escuchó y dijo ‘No, quiero participar de este disco’, y así fue".

–¿Te sigue interesando la bossa nova como una música purista, sólo la voz y la guitarra, más acústica?
"Sí, a mí me encanta, como tocaban en los años ’60. Cuando escucho la música de Joao Gilberto o escucho los discos de Antonio Carlos Jobim, me encanta. Ésa es la inspiración: la melodía de Jobim para mí es una inspiración. Pero tocarlas diferente, combinado con rap".

–¿Sigues viviendo en EE.UU.?
"Mi plan ahorita es mucho viaje, mucha gira por todo el mundo, ¿no? Pero siempre sigo viviendo en Los Angeles. Hay muchos músicos brasileños viviendo en América, en New York. Hoy la cosa es global, tengo certeza de que también hay muchos músicos chilenos viviendo en Los Ángeles o New York. Es normal, hoy".

–¿Y cómo fue tomar esa decisión antes? ¿Era menos normal?
"A mí siempre me gustó viajar, tengo mucha curiosidad de conocer otras tierras, otras lenguas. Es mi naturaleza: la curiosidad, la aventura".

–¿Cuál es tu relación con Brasil desde que te fuiste, hay algo que eches de menos?
"No, porque voy todo el año, dos o tres veces por año, por ahí, tengo familia, amigos, de todo, entonces tomo un avión y en siete, ocho horas, estás en otro país. Es una cuestión de domicilio más que de otra cosa".

–¿Qué hay en común entre la bossa nova y el hip-hop?
"La calle. La alegría. Los ritmos".

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