EMOLTV

El nuevo Nicolás Quesille: "Hace falta sanidad en la pantalla"

El exitoso productor, eliminado por convivencia de Canal 13, está feliz con "El Baile", su nuevo juguete. A tres días del debut del programa, se revela relajado (casi zen) y asegura que los reality shows están destinados a perdurar.

13 de Octubre de 2006 | 14:51 | Leonardo Núñez, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Nicolás Quesille se niega dar el número de su celular. En realidad, tiene dos: uno para los amigos y otro para el trabajo. "Si quieren hablar conmigo, el camino son las relaciones públicas. Quiero demasiado mi tranquilidad como para perderla de nuevo", dice, interrumpido a cada rato por el sonido de ambos aparatos.


¿Lugar? El lanzamiento de "El Baile" en los estudios de TVN. Al inventor de los reality en Chile se le ve feliz: frente a él, los medios acosan con preguntas a algunos de los integrantes del programa, que debuta este lunes. ¿Los más solicitados? Juvenal Olmos, Horacio de la Peña, Raquel Argandoña y una tiritona Pilar Cox, que antes de presentarse en la ceremonia de lanzamiento ha sufrido una crisis de pánico. Los costos de volver a la televisión en medio de su tratamiento para el alcoholismo.


Sobredosis de TV


Quesille no se inmuta. Las cámaras. Las luces.  Los rostros, son su mundo. Está en su salsa. Inconfundible con sus anteojos curvos y pelo largo, sólo quiere hablar de televisión. Y lo hace.


"En El Baile no hay reggaeton. Queremos un producto de calidad. Les exigimos a los participantes y al jurado, mayor rigor. Así tenemos un programa que es más especializado desde ese punto de vista técnico", explica, tratando de establecer las diferencias, que nadie ve, con el programa de baile de Canal 13, su ex casa televisa; esa que lo eliminó por convivencia tras hacerse pública la relación que mantenía con Constanza Moya, una de las participantes de "Expedición Robinson", el eterno reality grabado en República Dominicana (sí, termina este lunes, por fin).


El ballroom (estilo de baile que imperará en el programa de TVN) no es muy conocido en Chile. ¿No les da un poco de miedo?, le pregunta una periodista. "Al revés, creo que siempre lo nuevo estimula a mirar", responde Quesille.


¿Veremos reflejado el estilo del reality en el programa?, ataca de nuevo la colega. "Toda experiencia sirve en la vida. Tanto lo hecho en el reality como en otras disciplinas de programas o formatos, ayuda", filosofa el productor. "Si El Baile fuera un reality cien por ciento, tendrías que grabar mucho más. Acá vas buscando situaciones puntuales. Es distinto", aclara.


¿Te atreves a hacer una proyección de la sintonía que podrían tener?, insiste la reportera, buscando una cuña golpeadora. Pero a cambio sólo recibe más filosofía televisiva. "Nunca lo hago. Siempre me parece que uno tiene que estar sobre la media del ráting diario. Con eso estás contribuyendo a la audencia del canal".


Santo catódico


Quesille rehúye los medios. Los sinsabores que le dejaron sus públicas diferencias con Yasmín Valdés, la madre de su hijo, y su romance con Moya, que le costó su trabajo, y que fueron ampliamente difundidos por la prensa de farándula, lo cansaron. Por eso, cuando alguien le pregunta sobre esos temas, o no responde o se da media vuelta y desaparece.


¿Qué pasó con el proyecto de reality que ibas a hacer con los chicos de Rojo?
"En los diarios se publicaron muchas cosas y no todo es exacto".


¿Qué es lo exacto con Rojo? ¿Hay o no reality?
"Eso hay que preguntárselo a Eduardo Domínguez. Él es el jefe de Rojo".


Cuesta sacar al hombre detrás de "Protagonistas de la fama" de la tele. Incluso, cuando habla de sus sentimientos, éstos siguen ligados a la "caja idiota", como le llaman los abuelos. Quesille, aunque latero, sólo quiere hablar de televisión.


"Hace muchísimo tiempo que quería hacer este programa (El Baile). Hace muchísimo tiempo. Te diría que, por lo menos, llevo un par de años trabajando para que este formato llegara a Chile. Y me tiene muy contento poder desarrollarlo. Porque encuentro que es un formato sensacionalmente divertido y sano. Y hace tanta falta sanidad en la pantalla. Esto programa es justamente eso: sano", remarca Quesille.


¿Lo pensaste hacer para Canal 13?
(Con una sonrisa enigmática y haciendo una pausa). "Eso que quede para la historia, para cuando se abran los archivos secretos".


¿No echas de menos tu anterior casa televisiva?
(Tomando aire) "No… Estoy tan  contento con lo que hago acá, que uno tiene muchos sentimientos de gratitud con la gente que trabajó conmigo. Y la tele es sin llorar. Así que vamos para adelante. Hay mucha tele por hacer".


¿Ves como una revancha este programa?"No, yo no tengo peleas con nadie", dice Quesille muy relajado, en actitud zen, y con una sonrisa transparente y real (aunque con la gente de la TV nunca se sabe). 


No descarta volver a Canal 13


¿Pero vas a competir con tu ex canal? ¿Tan tranquilo estás?
"Yo hago televisión. A mí me interesa hacer una televisión divertida. Una televisión que aporte, que provoque discusiones. Da lo mismo donde hacerlo".


¿Te gustaría volver a Canal 13?
"A mí me gusta hacer tele. Y ojo. De aquí a unos años más las empresas televisivas van a cambiar tanto; y las formas van a cambiar tanto cuando la digitalización se asiente, que trabajar en un canal y otro va a comenzar a ser indiferente. Lo importante, van a ser los proyectos y la identificación del canal con esos proyectos. La imagen de marca... Hay otras variables que hay que empezar a ver. Por lo pronto, estoy tremendamente contento en este canal. Hay muy buena gente, y hay muchas ganas de hacer cosas".


¿Pero al margen de lo que pasó, te gustaría volver? ¿Sí o no?
"No tengo ningún problema en volver a ninguna parte. Es trabajo. Nadie descarta trabajar en un lugar. Si tienes que echarle azúcar al té, hay que trabajar en cualquier parte, aquí, en La Red, en Chilevisión o en Mega".


Definitivamente, tampoco voy a conseguir la cuña golpeadora. Quesille, este Quesille de octubre de 2006, sigue siendo un obsesivo por la televisión. Su mundo son las luces. Las cámaras y los rostros. Entre los que se pierde después de despedirse asumiendo su nuevo papel: el de productor ejecutivo relajado. Un productor al margen de la polémica o los escándalos que tantos dolores de cabeza le causaron en el pasado. Al menos, por ahora.

¿Están muertos los realitys? A Canal 13 no le ha ido bien últimamente.
"Claro, pero si tu tomas y los comparas con un género como las teleseries, hay años en que las va bien o mal. Es una cuestión variable, son ciclos. El género reality es un género propio, el único que nace de la TV. En todas partes del mundo, y a través de distintas variables y formatos, está. Si tomas los últimos siete  años, tanto en Europa como en Estados Unidos, de los top ten de programas, siempre aparecen los realitys. Por lo cual no mirar y darle la oportunidad a ese género, me parece que es un error.

 

¿Cuál es el problema entonces?
"Hay muchas variables. Tú tienes que medir. Hay cansancio porque se han dado mucho. Por eso hay que hacerse preguntas específicas para buscar la solución.  Pero no se les puede poner en un ataúd. Es cosa de ver lo que ocurre en el mundo para darte cuenta que la telerrealidad es un género que existe y que va a perdurar. Tiene que encontrar su lugar y tiene que acotar sus costos. Por supuesto que tiene que tener un techo de sintonía. Nadie dice que la telerrealidad lo sea todo".

 

¿Por qué crees que a la Isla Vip le fue mal?
"Hay un montón de causas que no me corresponde evaluar, porque no estoy en Canal 13. Soy tremendamente leal con una empresa que me dio tremendas posibilidades para desarrollarme. Así que, nada, la evaluación les corresponde a ellos".

 

¿Y en TVN, cuándo veremos un relity producido por ti?
"Si fueras a mi escritorio,verías un alto de 30 centímetros de carpetas con proyectos. Vamos a ver cuál de esos proyectos viene para más adelante. Por lo pronto El baile es mi preocupación central. No tengas dudas de que cuando se me confirme un nuevo programa, se va a filtrar".

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?