Evaristti y una de sus obras más polémicas: los célebres peces en las licuadoras.
El MercurioCOPENHAGUE.- Primero fueron unos peces listos para ser triturados por quien decidiera apretar el botón "on" de las jugueras-acuario, en el Museo de Arte Contemporáneo. Luego, la exposición de sus excrementos enchapados en oro y una cena de albóndigas elaboradas con su propia grasa, el año pasado en la Galería Animal.
Ahora el chileno-danés Marco Evaristti vuelve a la carga, y se dirige hacia el Mont Blanc para concretar su última intervención: pintar de rojo la cima del célebre monte, en los Alpes franceses.
El artista, de 43 años, ofreció hoy "un aperitivo antes del plato principal", cuando pintó una parte de la montaña a la altura del puerto de Flambeaux, a unos 3.400 metros.
El artista aspira a alcanzar la cima, de 4.810 metros, en una fecha que no quiso revelar, para evitar eventuales interrupciones. "Mi proyecto es transformar esta montaña mítica del Mont Blanc en Monte Rojo, y decretar el nacimiento de un Estado soberano, el 'Pink State' (Estado Rosa)", explicó.
El autor asegura que su proyecto está destinado a plantear interrogantes como "a quién pertenece la naturaleza, el agua de los lagos, la nieve sobre la tierra, las flores en los campos o los árboles de los bosques tropicales".
Evaristti dice que su proyecto no "contamina en ningún caso" el medio ambiente, porque la pintura está elaborada "a base de frutos y es fácilmente degradable".
El polémico artista ya había tenido antes una incursión similar, cuando en 2004 cuando pintó de rojo un iceberg en Groenlandia, para protestar contra "los desechos nucleares abandonados por Estados Unidos cerca de la base de Thulé", en el norte de la isla.