El afiche de la polémica cinta.
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MOSCÚ.- Ataúdes con soldados soviéticos muertos en Afganistán y un policía torturando a sus detenidos, son algunas escenas del filme "Cargamento 200", que muestra los horrores de la URSS y que los canales de televisión rusos han rechazado, en un país nostálgico de esa época.
Alexei Balabanov, director y guionista de "Brat" ("Hermano") y "Brat-2", filmes de acción con acentos nacionalistas, adorados por el público ruso, pero poco conocidos en el extranjero, sorprendió a los críticos su nueva obra.
Prohibida para los jóvenes de menos de 21 años, "Cargamento 200", una película sumamente violenta, debe ser proyectada en los cines el 14 de junio. "Los canales de televisión a los que propuse nuestra película la rechazaron", indica el productor, Serguei Selianov.
La acción transcurre en 1984, "el peor año de la época del estancamiento y, de hecho, el último año del poder soviético", antes de la llegada de Mijail Gorbachev, que lanzó la Perestroika, explica el director.
En una aldea perdida de la provincia, un policía maniático y perverso secuestra a la hija de un responsable local del Partido Comunista. La única esperanza para la muchacha es su novio militar, quien podría librarla de la pesadilla, pero lo matan en Afganistán.
Algunas escenas conmocionan: la violación de la muchacha con una botella, la llegada al aeropuerto de los ataúdes de Afganistán, "el cargamento 200", según la expresión oficial soviética, al tiempo que decenas de soldados suben a bordo del mismo avión para partir al frente.
El director del canal privado NTV, Vladimir Kulistikov, confirmó que el filme no será difundido por su medio, pues "no se dirige a las masas". Otros dos canales con audiencia nacional, Pervy Kanal y Rossia, interrogados por la AFP se negaron a hacer comentarios.
"No se trata de censura, sino del ambiente que reina en la sociedad. La URSS ha dejado de ser objeto de críticas", estima Selianov. La primera presentación de la película, donde se suponía iba a estar toda la clase política rusa, se realizó el 5 de junio en Moscú en una sala prácticamente vacía. Sólo asistieron algunos periodistas y diputados.
"Los políticos no quieren pronunciarse sobre un filme tan controvertido", señaló a la AFP una responsable de un partido liberal que pidió el anonimato y que no quiso participar en una viva discusión tras la proyección.
"¿Usted quiere decir que era eso la Unión Soviética? Es fácil combatir a los muertos", se indignó Liubov Chvets, una diputada comunista. Otros calificaron a la película de "genial" y señalaron que era algo más que una simple crítica al pasado.
"Es una película que no habla del pasado sino del presente. Ayer Afganistán, hoy Chechenia. El poder no ha cambiado", estimó por su lado el diputado nacionalista Viktor Cherepkov.