CIUDAD DE MÉXICO.- De la vida, obra, amoríos y militancia comunista de Frida Kahlo y Diego Rivera se han escrito miles de páginas. Pero algunos aspectos todavía son oscuros y los especialistas difieren a la hora de decir si la apertura de los archivos privados de los pintores mexicanos servirá para aclararlos.
"Lo dudo, lo dudo. Esas cajas fueron abiertas de manera poco clara. No creo que todos los documentos estén ahí", dijo a DPA la investigadora argentino-mexicana Raquel Tibol, autora de la entrevista más extensa que se le haya hecho a Frida Kahlo y de libros como "Diego Rivera: Luces y sombras" y "Frida Kahlo: Una vida abierta".
En un hecho sorprendente, 30 cajas con más de 30.000 papeles, fotografías, bocetos, libros y artículos personales de Diego (1886- 1957) y Frida (1907-1954) salieron a la luz pública el jueves, 50 años después de la muerte del muralista.
Un equipo de curadores, que había guardado hasta ahora el secreto, anunció su existencia, después de tres años de inventariar, catalogar y restaurar el contenido.
Según el director general de los tres museos dedicados a Kahlo y Rivera en la capital mexicana, Carlos Phillips Olmedo, Rivera había pedido a su madre, la coleccionista Dolores Olmedo, mantener los archivos sellados hasta 15 años después de su muerte.
Sin embargo, por temor a que pudiera haber material que "comprometiera" políticamente a los pintores, ella decidió que se mantuvieran cerrados hasta su propio fallecimiento, que ocurrió en 2002.
"Diego fijó un plazo de 10 años, no de 15. Y las tales cajas no se abrieron ante notario, sólo se dijo que se inventariaron ante notario. Un buen día aparecieron, 50 años después. Si Lola Olmedo se atrevió a destruir 19 páginas del diario de Frida, qué es lo que no haría con las cajas cinchadas", opinó Tibol.
Para la especialista, una de las más reconocidas en México en la materia, a Olmedo nunca le interesó la historia verdadera de Rivera, sino la "manipulación mercantil". "Los papeles quizás eran comprometedores en el sentido de hacer el perfil real de Rivera", dijo.
Sin embargo, para los expertos que trabajaron en la clasificación y selección de los documentos, muchos aspectos hasta ahora considerados verdades incuestionables podrían derribarse con el hallazgo de más de los nuevos documentos.
A partir de septiembre estudiosos de la vida de Frida y Diego podrán consultar en computadora en el Museo Anahuacalli el archivo completo dado a conocer el jueves, considerado un "tesoro" por sus guardianes.
"Lo que se dijo sobre ellos quedó como dogma", dijo el curador de fotografía Pablo Ortiz Monasterio, pero muchas de estas concepciones podrían cambiar a partir del análisis de los materiales.
Como ejemplo mencionó que se ha dicho que Rivera fue el que "vistió" a Frida con los trajes indígenas que acostumbraba a usar, "pero ahora apareció una foto de Frida a los 12 años donde la mamá de Frida la vistió de tehuana".
Según Teresa del Conde, encargada de seleccionar los documentos del acervo para una exposición que se hará a partir del 6 de julio, Rivera y Frida tuvieron una vida abierta, de la que casi todo se supo, pero el material permitirá ahondar en su relación con el revolucionario ruso Leon Trotsky y los trostkistas.
"Todos sabemos que tanto Diego como Frida fueron personas extraordinariamente liberales, que sus opiniones políticas mutaron bastante a lo largo del tiempo. Sabíamos que los dos tuvieron múltiples amantes y corresponsales. Frida, hombres y mujeres. Diego, exclusivamente mujeres", indicó.
Tibol afirma que uno de los aspectos centrales sería conocer cuál fue el papel de Rivera en el asesinato de Leon Trotsky en México en 1940.
Trostky (1879-1940) se alojó con su esposa Natalia en la casa Casa Azul del matrimonio de pintores cuando llegó a México en 1939, huyendo de las purgas estalinistas.
Pero, de alguna manera, Rivera podría haber estado implicado en su asesinato al año siguiente, del cual fue autor el agente estalinista Ramón Mercader.
"Cuando el pintor David Alfaro Siqueiros asalta la casa de Trotsky (en un primer atentado, en 1940), Rivera le presta una camioneta", contó Tibol.
"Y hace años, en un homenaje con exposición de cuadros en el Museo Dolores Olmedo, aparecieron retratos de la hermana y la madre de Mercader, que yo no los he vuelto a ver, pero es muy curioso que Diego los retratara", dijo.
Para Tibol, hay pocas esperanzas de que se haga un hallazgo relevante entre las cajas de papeles abiertas "quién sabe cuándo". "De haber hecho las cosas limpiamente -dijo-, se hubieran abierto cuándo pidió Diego. Creo que no podremos completar la historia".