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Santiago: Sábado 23 de noviembre del 2024 | Actualizado 08:30
SANTIAGO.- "Era un personaje particular, mi papá. Creo que pocas veces he conocido a alguien tan tierno y al mismo tiempo tan autónomo y solitario, sencillo y muy auténtico. Me enseñó la alegría, disfrutar cada momento. Él era gozador de la vida, intenso, apasionado", expresa Leonora Vicuña, hija del escritor chileno José Miguel Vicuña, quien falleció esta mañana producto de una hemorragia cerebral.
José Miguel Vicuña nació en 1920 y dedicó su vida a la literatura. Publicó siete libros, entre ellos "Edad de bronce" (1951), "En los trabajos de la muerte" (1956), y "Alígera Summa" (1995). Fue fundador del grupo "Fuegos de la poesía", bibliotecario jefe de la Biblioteca del Congreso Nacional, co-fundador del teatro experimental de la Universidad de Chile, y fundó y formó parte de "La Mandrágora", un grupo de poetas.
"Creo que es la cabeza de una familia de artistas de mucha categoría, además de ser el hijo de un gran escritor del siglo XX chileno, Carlos Vicuña Fuentes", opina el Premio Nacional de Literatura Armando Uribe. "José Miguel Vicuña fue, sobre todo, un poeta interesante y capaz de organizar a los escritores. A la vez, su señora Eliana Navarro, fue también una creadora de mucha calidad; y sus numerosos hijos han demostrado talentos visibles".
José Miguel Vicuña y Eliana Navarro tuvieron siete hijos, la mayoría de ellos también dedicados a las artes en diferentes ámbitos.
Los restos del poeta están siendo velados en su hogar, en Carlos Martel 5541, comuna de Las Condes.
"Mira, es tan difícil hablar cuando la gente se muere, pero qué te puedo decir de José Miguel... Fue un gran poeta, un hombre muy ético, tenía una relación muy linda con su mujer. Creo que fue después de la muerte de la Eliana (Navarro), que él se empezó a venir abajo. En mi familia tenemos una relación casi histórica de amistad con ellos, porque eran muy amigos de mis padres. Yo a José Miguel lo admiraba mucho como poeta y como ser humano, lo encontraba un hombre de una sencillez maravillosa, muy sensible, muy profundo, fiel a sí mismo. No era amigo del ruido, era un hombre silencioso y tanto él como su mujer eran parte de un Chile antiguo, que ya se está yendo, está desapareciendo. Eso hace más triste su partida".
