Debutaron este año y ya han pasado desde la Biblioteca Nacional a Las Tejas de calle San Diego, con pandero, tañador y el repertorio bravo de la cueca urbana. Este viernes, junto a La Gallera, llevan la rueda cuequera a una sala con butacas y piano de cola, en la SCD de Bellavista. "Ya que haya acordeón es bacán", dicen. "Y habiendo piano es otra cosa".
David Ponce
Las Niñas a color: el grupo actúa este viernes 17 a las 22 horas en la Sala SCD de Bellavista (foto: Francisco Bermejo). |
Es una rueda cuequera la que armarán el próximo viernes estas niñas, que de hecho se hacen llamar Las Niñas y van a subir ese día al escenario de la Sala SCD en el barrio Bellavista junto a La Gallera, uno de sus grupos hermanos. Será una rueda como las que por décadas han sido el ambiente natural de la cueca en Santiago o el puerto, y como las que hasta hoy se forman en la Estación Central, la Vega o La Posada del Corregidor en la capital.
Este último es el lugar donde Nilda Ibarra, Andrea Céspedes, Pamela del Canto y Tania Gómez se juntaron para cantar cueca chilenera a partir de este año. "Hemos tocado hartas veces en rueda, pero en escenario no", distingue Andrea. "Nunca con la propuesta que vamos a hacer ahora", corrobora Nilda. "En el fondo es representar una rueda, cómo carreteamos nosotros. Hay un trabajo detrás, nuestro y de parte de los chiquillos, pero queremos mostrar lo más fielmente posible cómo cantamos, las cuecas que salen".
"Va a ser bonito también porque va a estar el piano de cola, lo vamos a sacar", explica Pamela, a propósito del piano disponible en la sala. "Antiguamente los carretes con piano era contado con los dedos de una mano", destaca Nilda. "Si no estabas en una casa de niñas no había piano, o a veces en la casa de alguien había uno, pero más desafinado… Ya que haya acordeón es bacán. Y habiendo piano es otra cosa".
Después de debutar en enero pasado en el escenario de La Barcaza, Las Niñas han actuado en otros sitios de la capital que van desde la formal Sala América de la Biblioteca Nacional hasta los restaurantes Las Tejas y Bandolero o el Galpón Víctor Jara, donde coincidieron con la banda de jarana latina Juana Fe. Y en junio Tania Gómez se sumó tras el alejamiento de Analía Andrade, una Niña fundadora.
"Desde el primer día en que me paré en Las Tejas fue emocionante. Las chiquillas me han dado la oportunidad y estoy feliz con ellas", dice. "Es importante que sea alguien como la Tania", agrega Nilda. "Que no sea alguien desconocida. No son ‘audiciones para una nueva integrante’. El estilo de canto es especial en esta cueca. Tienes que poner a alguien que haya estado ahí".
A cantar cueca impecable
Andrea Céspedes. |
Para su debut Las Niñas se vistieron de lentejuelas y en la Bilbioteca hicieron tres cambios de vestuario: la cueca brava también es un asunto de presentación personal.
"Tratamos de tener súper presente de que la cueca no es para ir a tocarla con bluyines y con una polera", dice Nilda. "Es ponerse ad hoc para la ocasión. La gente antes podía tener su ropa para la embarrada, pero sacaban el mejor pantalón parchado y su mejor chaqueta. Ésa es la enseñanza que me dejó principalmente a mí el Nano: usted pueder ir adonde sea pero, pa’ cantar cueca, impecable".
El Nano es Hernán Núñez Oyarce, integrante mayor del legendario grupo Los Chileneros, que junto al cantor y estudioso Fernando González Marabolí es hoy el principal referente del movimiento de cueca urbana en Chile. Nilda Ibarra cantó con Núñez, y Las Niñas también conocen a González por medio de su sobrino, el cantor Luis Castro. "Él nos ha ayudado mucho, entregándonos letra de la tradición. Que nos haya elegido es una responsabilidad", dice Pamela.
–¿El repertorio es sobre todo de esos autores?
Pamela: "En general nuestro repertorio es más de la tradición
Nilda Ibarra. |
y en ese sentido más del Nano. Nos gustan sus letras sobre todo, y sus melodías también".
Nilda: "Son muy ricas las melodías del Nano. De repente son parecidas (entre sí), pero tienen algo que las hace totalmente distintas a las otras".
Pamela: "Tenemos las enseñanzas de la Nilda y también del (cantor y acordeonista) Dángelo Guerra, que es uno de sus grandes discípulos. Tenemos dos referentes ultra cercanos del Nano en el grupo".
Dángelo Guerra es uno de los cantores de cueca jóvenes que, junto a Los Trukeros, La Gallera, Las Niñas, Las Peñascazo, Los Canallas y otros grupos, han hecho de la céntrica Posada del Corregidor en Santiago un punto de encuentro vivo de la nueva cueca urbana. Los Trukeros fueron sus primeros huéspedes. "Y ahora viene mucha gente, que llega a cantar, a bailar, a panderear o que simplemente es feliz mirando la cueca", explica Nilda.
Toquemos una pa’ las niñas
Ése fue el lugar donde Las Niñas se juntaron, en 2006.
Pamela del Canto. |
"Empezamos a llegar cada una por separado. Y aquí las conocí a todas", dice Andrea, y las demás recuerdan cuál fue el primer paso: el paso adelante que hubo que dar para salir a cantar al mismo nivel que los hombres.
"La mayoría de las mujeres estaba atrás, en un segundo plano. La Rucia era la única que no pandereaba atrás", dice Pamela. "Es que yo no aguantaba panderear atrás", explica Nilda, la aludida. "Yo me merecía mi espacio. Cuando salió la idea de cantar, yo (les decía) onda ‘Chiquillas, pónganse adelante, y si las hacen callar canten igual’".
–¿Costó imponerse?
Nilda: "O sea: retos, caras feas…".
Pamela: "… cosas como ‘Mejor no canten más’… Pero uno tiene dos posibilidades en una sociedad muy machista como ésta. O aceptar las críticas, o decir ‘¿Cómo que cállate?’".
–¿O sea que de verdad es doblemente difícil por ser mujeres?
Pamela: "Yo creo que para todas fue doblemente difícil. Aunque se dio vuelta un poco la cosa, la mirada, los comentarios, están más condescendientes. Ya se entendió, ya está asumido".
Tania Gómez. |
Tania: "Siempre se daba que partía la rueda y tenían que empezar los hombres y nosotras esperar un buen rato. Ahora no, pues: podemos llegar y sacar la primera cueca nosotros".
Andrea: "Ahora está el espacio y los chiquillos de repente (dicen) ‘Ya, pues, toquemos una pa’ las niñas’. Y te quieren, igual. Hay cariño".
–¿Y además de ganar ese espacio hay que recibir la enseñanza de los mayores?
Nilda: "El estilo de cueca que nosotros cantamos tiene hartos códigos, y uno tiene que saber todas esas cosas, por una cuestión de respeto. Yo no puedo llegar a tu casa y ponerme a cantar cueca sin siquiera conversar un rato contigo. Esa relación de respeto hacia las personas mayores se mantiene".
Con pandero y tañador
Un primer disco es el plan a más largo plazo en Las Niñas, que esperan tener suficiente repertorio propio para grabar. "Estamos componiendo canciones, y hay algunas sorpresas para el viernes", adelanta Pamela. "Igual hay una buena base para grabar. Y estamos con músicos secos".
Al revés de grupos de cueca más fusionada como Las Torcazas y Las Capitalinas, Las Niñas no tocan bajos, teclados ni guitarras eléctricas y se consagran al canto con pandero y tañador. César Fuentes (piano), Juan Pablo Villanueva (guitarra), Dángelo Guerra (acordeón) y Cristian Mancilla (cajón peruano), varios de ellos integrantes de La Gallera, son sus músicos de cabecera. "Y en el escenario los chiquillos son las pilas de nosotros, de verdad", dice Nilda.
–¿Va a haber espacio para bailar en la rueda?
Tania: "Por espacio es difícil, pero lo van a hacer igual, en los pasillos, donde sea".
Nilda: "De repente vas a tocar en un evento en que no hay dónde bailar. En la misma Biblioteca Nacional tampoco había espacio, pero en los pasillos, afuera, en cualquier lado la gente al final baila".
–Pero esa vez ustedes retaron un poco al público porque no bailó.
Nilda: "Es que igual nosotras cuando vamos a tocatas bailamos. Pero como tratamos de hacer algo nuevo, desde el principio nos pasa que estamos tocando y la gente está así (viendo al grupo). Y como tres locos bailando, apenas. Y a veces no baila nadie. ‘Ya pues chiquillos, bailen’".
–¿Y qué prefieren Las Niñas, que las miren tocar o que bailen?
Pamela: "Claro, también tenemos que estar conscientes de que tenemos una propuesta escénica que tiene que ser mirada".
Nilda: "Sí. Penca que no te pesque nadie, es verdad (risas). Cuando te van a ver tienes que poner una propuesta en escena que sea atactiva para mirar".
Andrea: "De hecho ésa es la idea, que sean espectáculos".
Pamela: "Siempre vamos a procurar eso. Desde que nos pusimos lentejuelas en la primera tocata hasta lo de este viernes, tratamos de marcar un hito en cuanto a lo visual. Ya no sacamos nada sólo con cantar cuecas: ya mucha gente canta cueca. No sacamos nada tampoco sólo con ser mujeres cantando cueca, porque hay niñas lindas, hay niñas góticas, hay niñas campesinas, de todo tipo de mujeres cantando cueca. Sobre esa base, que ya es importante, hay que tener una propuesta que pueda ir mutando. Frente a eso no podemos esquivar la posibilidad de que la gente, oh, se quede mirando".