Deftones no sólo se marchó para siempre del nü metal cuando soportó las presiones de su sello para repetir el grito sin sentido y el dinero seguro, sino que selló el adiós al decidir que su angustia no sólo dependía de la rabia como válvula. Este es un disco de duelos y transfiguraciones, porque hay una pequeña batalla en el quinteto que se intensifica por su esquizofrenia estilística. El cantante Camilo "Chino" Moreno prefiere un viejo álbum de The Cure a uno de Slayer, mientras el guitarrista Stephen Carpenter creció con el thrash. Entonces Moreno enfrenta la furia sónica de su compañero encarnando al Robert Smith que sufría en el disco "Pornography" (1982), de The Cure. Funciona, porque la agresividad muta en tristeza sin perder impulso. La química continúa en la audacia electrónica de "Lucky you", en la melancolía de "Minerva" y en el rock durísimo al borde del speed metal que se vuelve pop y desgarro en "Hexagram". Estilos que se baten entre sí. Ninguno se impone, porque en Deftones la intensidad es el motivo y el fin. Aquí los susurros estallan.
Marcelo Contreras.