Congreso de exportación
No sólo el segundo movimiento del Concierto para piano No. 21 en do mayor K. 467, de Mozart, ha sido la banda sonora de toda la vida en el informe del tiempo de Televisión Nacional. Alguna vez, a mediados de los '70, era una canción más silvestre, con violines y clarinete, la que se oía mientras Willy Duarte anunciaba si iba a llover o hablaba de una presión de tantos o cuantos milibares.
Había una presión de tantos o cuantos militares también en aquel tiempo, pero igual esa música se las arregló para sonar en Canal 7, aunque fuera una canción de Congreso, un grupo del margen en la época. Esa canción se llama "Volantín de plumas" y ahora vuelve a sonar en el nuevo disco del grupo, "Congreso de exportación", grabado en el Teatro Oriente, el mismo lugar donde será estrenado mañana a las nueve de la noche. Ahí se oyen los instrumentos del conjunto y los aplausos de la audiencia que el primero de agosto abarrotó los escalones de la galería o se apelotonó en los pasillos de platea como en el corredor de una micro.
Entre esa audiencia había gente que se pasó del trabajo al teatro, algunos padres con hijos, personas que fueron jóvenes en los '70 o a comienzos de los '80 en Chile y que por algún motivo en vez de ver "Sábados gigantes" o "El japenning con ja", como era lo normal, hacían esto: iban a ver a Congreso. Como ahora. Gente fiel. Con los 34 años de historia que desfilan por este disco, Congreso está en edad de tener seguidores de diversos años, pero para todos ellos es como una nave madre.
Lo es para sus fans, como Mauricio Redolés, que en su próximo disco va a grabar una versión de "Vuelta y vuelta". Lo fue para sus propios tripulantes, aun los que no siguen a bordo. Tres de ellos han publicado trabajos este año: el bajista Ernesto Holman hizo "Ñamco", un disco de fusión mapuche; el percusionista Ricardo Vivanco editó "Eólica" con el guitarrista Alberto Cumplido, y Joe Vasconcellos lanzó "En paz", además de aparecer aquí como invitado. Están hasta los que no están: éste es el primer disco del conjunto tras la muerte del pianista Jaime Vivanco, a quien este concierto fue dedicado.
Y están los amigos: al final, el músico argentino Pedro Aznar toca el bajo y canta "Farewell" con el grupo, tal como fue registrado en el reciente tributo a Salvador Allende. Congreso lo invitó ahora y lo invitó al comienzo, cuando, antes de tocar con Charly García o Pat Metheny, Aznar debutó en Chile en 1977. Tenía diecisiete años y estaba en el primer grupo de su vida, llamado Alas. En la misma época en que una canción hecha de violines y clarinetes se oía en el informe del tiempo. Es la ventaja de no haber dejado nunca de sesionar: Congreso tiene del año que le pidan.
David Ponce