Club de Tobi
Si ya 2003 había sido para el jazz chileno un año inédito en cuanto a grabaciones se refiere (alcanzando una cifra de doce títulos publicados), el arranque de 2004 pone sobre la mesa un curioso fenómeno digno de revisar: el debut discográfico de prácticamente todos los jazzistas que se lanzaron en la empresa personal de editar un larga-duración. Este 2004 será el año de la iniciación para figuras que van desde el joven saxofonista tenor Agustín Moya (23) hasta el experimentado saxofonista alto Patricio Ramírez (66). Entre ambos extremos está, por lo pronto, el guitarrista Jorge Díaz, quien pone sus composiciones, su estampa de gran envergadura y su sello sonoro a disposición del público con Club de Tobi.
El título del álbum, para algunos divertido y para otros simplón, describe cierto perfil del músico de jazz en Chile que se ubica bastante lejos de la sofisticada impronta de Omar Nahuel y su cuarteto de 1963. Algunos jazzistas surgidos en los 90 son bonachones y bebedores, y las mujeres quedan fuera de la casa-club. En resumen, chilenos comunes que han encontrado en las cofradías y en el jazz su razón de ser. Jorge Díaz es también un Tobi real, el jefazo de la pandilla. En torno a él se han reunido diestros músicos que una vez sobre el escenario suelen cambiar el switch y dejar el griterío en el bar para transformarse en jazzistas de laboratorio y rigor interpretativo. Son Hugo Díaz, Lautaro Quevedo, Hugo Rojas y Carlos Cortés, los muchachos del barrio.
Jorge Díaz ha demostrado ser además un músico todoterreno. Puede actuar como guitarrista bop, tal como lo hizo cuando formó en el primer quinteto de Cristián Cuturrufo o en el trío original de Los Titulares de Pancho Molina, y al tiempo interpretar cumbias con la banda de Joe Vasconcellos. Pero a la luz de los últimos hechos podemos decir que Díaz ya está muy inmerso en la fusión jazzística, una de las ramas donde mejor se acomoda. No por nada es miembro del quinteto de Christian Gálvez, del trío de respaldo de la cantante Cristina Gálvez y del cuarteto La Marraqueta. Con Club de Tobi pone un acento marcado a esta personal apreciación, a través de nueve composiciones que se mueven entre arreglos preciosistas y empaste a cinco bandas: una, el melodioso solo de violín de Hugo Díaz para “Melódica”; dos, el aire que da el permanente colchón del piano de Lautaro Quevedo para “El cocodrilo”; tres, unas juguetonas líneas de bajo de Hugo Rojas en la tonada “Encañada”; cuatro los golpes y toques precisos de Carlos Cortés en “La higuera”; y cinco, el grácil solo de guitarra de Jorge Díaz para “Cristina”.
Íñigo Díaz
Jorge Díaz, “Club de Tobi” (2004, Independiente)
1. La higuera, 2. Encañada, 3. Cristina, 4. Bossa, 5. Club de Tobi, 6. Melódica, 7. Playa blanca, 8. El cocodrilo, 9. Vientos
Duración: 64:10
Personal: Jorge Díaz (guitarras), Hugo Díaz (violín eléctrico), Lautaro Quevedo (piano), Hugo Rojas (bajo eléctrico), Carlos Cortés (batería)
Producción: Cristóbal Berrú, Consuelo Saavedra, Cristina Gálvez y Jorge Díaz. |