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Petites històries

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
En 2003 y 2004 fue necesario que esperar hasta el último momento de diciembre —casi hasta el conteo regresivo, copa en mano— para escoger el mejor disco del jazz chileno de ambas temporadas. El pianista Carlos Silva se apuntó primero con Solo, dúo, trío, mientras que 365 días más tarde una all stars comandada por el trompetista Cristián Cuturrufo bajo el nombre de Chilejazz Quinteto puso Perdidos en Londres como el siguiente trabajo mejor evaluado. Parece ser que para 2005 la duda ya estuviera despejada en pleno invierno del hemisferio sur. La pianista Carmen Paz González dejó el plácido verano de Barcelona para dar una vuelta por Chile con planes sumamente personales. No pensaba traer su primer disco en la maleta ni menos tocar el piano en alguno de los clubes de la ciudad. Ahora tendrá que hacer ambas cosas. Por ahora al menos la segunda, pues como Petites històries se abre paso entre la discografía nacional como muy posiblemente la gran edición jazzística del año, Carmen Paz González deberá comparecer ante el público y actuar a fines de agosto en los clubes Thelonious y de Jazz.

Lo único de este asunto que "molesta", es que un disco tan sobrio en propuesta, tan claro en cuanto a mensaje y tan elegante en resultado, sea en definitiva un disco europeo. Podría haber sido ciento por ciento chileno, pero hay que resignarse a que más allá de las agudas composiciones (todas de Carmen Paz González, excepto "Luchín", de Víctor Jara. ¿Otra vez Víctor Jara?), el cuarteto en el estudio es catalán, el productor musical es catalán (Valentí Adell), el productor ejecutivo es catalán (Frank Andrada), el ingeniero de grabación es catalán, el estudio es catalán y el sello es catalán (New Mood Jazz).

Musicalmente, con Petites històries la pianista llega a un nivel sobresaliente en el post-bop. Su jazz es sumamente moderno, no caben dudas. Si antes sólo fue sidewoman de Patricio Ramírez, Roberto Lecaros o Roberto Dañobeitía, hoy tiene pergaminos de sobra para encabezar ensambles y componer las piezas de un catálogo que, según se supo en pasillos, ya podría generar un segundo álbum. Para llegar a composiciones magníficas como la misteriosa balada "Ausencias" o la intrincada "Sin causa aparente", González siguió nada más que su propia intuición. Nada de pentagramas). Y entre sus actuales estudios de piano clásico (antes fue alumna de Gabriel Coddou) y de piano jazz (de Mario Lecaros), se sumerge en los clubes del ensanche, o de los barrios Gótico o de Gracia para participar de gigs. Los mismos que le costó un mundo conseguir cuando llegó a la ciudad en 1998 y nadie la conocía. Hoy, su cuarteto es uno de los conjuntos más respetados del circuito ¿Por qué un cuarteto siendo que un pianista va tras el trío para demostrar su valía? Ella responde: "Lo que escucho en mi cabeza es música para cuarteto. Prefiero acompañar a un solista que lleva la melodía". Como lo hacía Thelonious Monk, a quien Carmen Paz inculpa directamente en el título de un blues.

Íñigo Díaz

Carmen Paz González, "Petites històries" (2005, New Mood Jazz).

1. Ausencias, 2. En secreto, 3. Blues al matí (o la culpa fue de Monk), 4. Fue un desencuentro, 5. Marzo 28, 6. Bud, 7. Sin causa aparente, 8. Luchín.

Personal: Carmen Paz González (piano), Martí Serra (saxofones tenor y soprano), Tom Warburton (contrabajo), Jordi Gardeñas (batería).

Duración: 52’21’’.

Producción: Valentí Adell y Frank Andrada.
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