El vibrafonista y compositor Guillermo Rifo dijo a una de sus alumnas "yo no escucho música. A veces, pongo algún disco de tangos". El bajista eléctrico Ernesto Holman declaró que "he escuchado tanta música que ahora necesito del silencio". El guitarrista Nicolás Vera escribió una pieza llamada "El maravilloso mundo del silencio". Algo ocurre con los músicos y la música, que los usuarios de la audición no terminamos de comprender. Pero el silencio es parte de la esencia sonora, como el color blanco que es la suma de todos los colores: el silencio podría llegar a ser todos los sonidos de una sola vez. "Comencemos desde el silencio", suelen decir los directores de ensambles a sus dirigidos. Como también lo hace Nicolás Vera con esta pieza de apertura de su nuevo álbum, llamado
Circular.
Cuando el guitarrista Mauricio Rodríguez regresó de su estadía en Chicago fundó el Supertrío. Cinco años después, Nicolás Vera hizo lo mismo con un "power trío" de plataforma jazzística. Lo hizo así, para cristalizar sus nuevos propósitos como compositor post-bop, convocando a dos de los mejores especialistas del soporte: Christian Gálvez (bajo) y Félix Lecaros (batería). Dos
sidemen que, ojo, también pasaron por el grupo Supertrío. Pero esta es una nueva historia. Hace dos años, Vera se ponía a la cabeza de un cuarteto acústico para grabar
Fiasco contemporáneo, el primer título del sello independiente Pez Records. Dos temporadas de kilometraje y unas cuantas ediciones más van definiendo el que podría ser el "sonido Pez". Álbumes como
Circular (o
Doble viaje, de Agustín Moya) están, ciertamente, en esa pauta.
Nicolás Vera sorprende aquí mucho más como compositor que como guitarrista. Con las seis cuerdas entre los dedos es un músico interesante, pero frente al pentagrama puede dar algunas pistas de hacia dónde es capaz de encaminarse el nuevo jazz de guitarras eléctricas. Los
drum & basses duros también entran en este álbum, además de todo el bop desplegado como lengua materna y de la incesante búsqueda del guitarrista de jazz por que los fraseos en sus solos suenen como los de una trompeta o un saxofón: nerviosos, interrumpidos, descollantes. Los scratches también tienen su espacio aquí, además de todo el intercambio a tres voces entre una banda de alto nivel como ésta. Los samples desde dispositivos electrónicos tampoco quedan fuera.
Circular es un disco de "jazz posmoderno": todo cabe en once composiciones. Sobre todo, las segundas diez, a través de las cuales el maravilloso mundo del silencio queda desbordantemente superado por el maravilloso mundo del sonido.
Íñigo Díaz
Nicolás Vera, "Circular" (2005, Pez Records)
1. El maravilloso mundo del silencio, 2. Cicular, 3. Canción, 4. Movimientos circulares, 5. 1764, 6. La refalosa, 7. Trébol de cuatro, 8. Turquesa, 9. Paciencia, 10. Atómico, 11. Movimientos circulares (alt).
Personal: Nicolás Vera (guitarras), Christian Gálvez (bajo y contrabajo) y Félix Lecaros (batería).
Músico invitado: DJ Wait & See (tornamesas).
Duración: 76’22’’
Producción: Nicolás Vera y Christian Gálvez.
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