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Desolazion

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
En un mundo que vende velocidad en banda ancha, peajes automáticos y supercarreteras que sólo sirven para llegar más rápido al próximo taco, Yajaira es de otro lugar. El grupo chileno encontró desde el primer momento un paso seguro para caminar, y en los once años de vida que está cumpliendo en 2006 no ha hecho más que perfeccionar esa marcha. Yajaira no corre. Camina, respira, descansa. Y saca un nuevo disco.

Después de Yajaira (1998), Lento y real (2000), La ira de Dios (2002), el compartido Hielo Negro Yajaira (2003) y el compilado Sonidos ocultos 95-03 (2004), este grupo está concentrado en la célula elemental del trío de rock entre guitarra, bajo y batería, desde que el guitarrista Héctor Piri Latapiat asumió como definitivo baterista hace tres años. Y su sexto disco es aún más austero. Tres instrumentos, cinco canciones y veintisiete minutos. Con eso basta para afianzar un lenguaje que ya es propio, entre la ruda simplicidad con que arranca "Ciegos y sordos" y el pasaje instrumental estepario que se oye en "Lobo".

En un efecto que en el escenario es aun más llamativo, Yajaira cambia el pulso de sus canciones sin previo aviso, como si cambiara de un momento a otro la velocidad del viento. Cada platillo y cada golpe de bombo del baterista son casi palpables. El cantante y bajista Miguel Ángel Montenegro tiene una voz franca y entera con la que ya ha patentado una especie de declinación característica al final de la entonación de casi todos sus versos. Y Samuel Maquieira es el guitarrista más personal de la escena rockera chilena junto a Felipe Cadenasso, de Matorral; con la misma versatilidad con que se despliega como músico de los narcóticos Yajaira, los volátiles The Ganjas y los taciturnos The Versions, aquí origina todos los climas de esta música desde sus instrumento, ruidoso pero al extremo opuesto de la estridencia: esta guitarra trae consigo nieblas y tinieblas, brisas y vientos. Los cuernos de un chivo desorbitado parecen transformarse en algas y tentáculos en la tapa del disco, como si fuera una representación visual del modo en que suena la música: rock desértico transformado en alucinación psicodélica. Hay elegancia en la aparente aspereza de esta música. Nadie tiene la templanza de Yajaira en el rock chileno.

David Ponce

Yajaira "Desolazion" (2005, Algo Records).


1. Abre el camino. 2. Estados alterados. 3. Lobo. 4. Ciegos y sordos. 5. Desolazion.

Músicos: Comegato (voz y bajo), Sam (guitarra), Piri (batería).

Producción: Joaquín García.

Duración: 27’30’’.

www.elotrock.cl

www.algorecords.com
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