Las revistas británicas de noviembre Mojo y Jazzwise incorporan en sus páginas material sobre
Day is done, el reciente álbum del pianista Brad Mehldau. Pero cuando Mojo dedica una reseña breve en sus páginas finales, con una calificación de tres estrellas para el disco, Jazzwise pone una fotografía del "nuevo Bill Evans" en la portada y un artículo principal en su mejor espacio. El que quiera ir sobre el rock and roll, que vaya directo a Mojo. Jazzwise habla en el lenguaje que se entiende en el jazz. Y la perspectiva del análisis de
Day is done no hace más que confirmar lo que ya suponíamos: hoy, Brad Mehldau es un músico referencial, una de aquellas figuras de la generación de los 90 imposibles de pasar por alto. Como jamás habría que hacerlo tampoco con hombres como el guitarrista Kurt Rosenwinkel, el tenorista Chris Potter por el lado de los blancos; el tenorista Joshua Redman o el multisaxofonista James Carter por el de los afroamericanos.
A diez años de
Introducing Brad Mehldau (1995), el primero de sus trabajos como líder (después de haber actuado en el cuarteto de Redman y de haber compartido brevemente un coliderazgo con el baterista catalán Jordi Rossy para
When I fall in love, 1994), Mehldau es un cerebro funcionando cerca de su ciento por ciento y un músico maduro y sobresaliente. De eso no tienen dudas ni tipos como el clásico baterista de Miles Davis, Jimmy Cobb, quien vio en Mehldau a un diamante sin pulir cuando era un muchacho y entonces comenzó a pulirlo. Hoy funciona con autonomía de vuelo y aquí, en
Day is done, también con nuevos horizontes y con nuevo trío post-bop: Larry Grenadier se mantiene en el contrabajo y Jeff Ballard llega a la batería para ocupar la plaza el mismo Jordi Rossy (más nombres de la generación de los 90 para tener en cuenta).
Entonces, Mehldau se apunta con elegancia al escoger un repertorio de canciones que no pertenecen a la órbita jazzística, sino al mundo pop (se las "roba" a la revista Mojo). Canciones para deconstruir (en realidad debiéramos decir "reconstruir"), a través del intercambio musical propulsado por el núcleo piano-contrabajo-batería, y el espíritu inmortal del swing. Mehldau abre con "Knives out", de Radiohead, y logra producir una angustia casi igual a la grabación de la banda británica. Promedia con "Day is done", pieza folk de Nick Drake, y va cerrando con "She's leaving home", de Lennon & McCartney con la misma tristeza del futuro incierto de la adolescente que huye del hogar. Tres composiciones desarrolladas a trío acústico, sobre tres tipos de fuentes con las que ya había trabajado en álbumes anteriores (Radiohead: "Paranoid android"; Drake: "Things behind the sun"; Lennon & McCartney: "Blackbird"). Cuando el día está hecho, aparecen siempre los mejores aires, luces, olores. La fotografía de la cubierta del disco bien retrata el estado anímico de la audición que sugiere Mehldau: música de carretera, banda sonora de un escape posible.
Íñigo Díaz
Brad Mehldau "Day is done" (2005, Nonesuch).
1. Knives out, 2. Alfie, 3. Martha my dear, 4. Day is done, 5. Artis, 6. Turtle town, 7. She's leaving home, 8. Granada, 9. 50 ways to leave your lover, 10. No moon at all.
Músicos: Brad Mehldau (piano), Larry Grenadier (contrabajo) y Jeff Ballard (batería).
Duración: 70’00’’.
www.bradmehldau.com |