Años y años de verlo en la tele no habrán dicho tantas verdades sobre José Alfredo Fuentes como los 45 minutos de este disco, el perfil más desatado que hay del cantante chileno. Pollo vuelve a ser el nombre de un animal salvaje en
Corazón loco, un disco en el que el hombre declara "Creo que nací en el infierno, soy hijo de calderero", se apropia de versos como "Ahora ya pueden saber / cómo se pueden querer / dos mujeres a la vez / y no estar loco" y donde proclama "Yo no puedo prometerte cambiar la vida que llevo / Porque nací caradura y así me habré de morir".
Chile puede saber que José Alfredo Fuentes es un cantante, pero hacía falta evidencia nueva para acordarse.
Corazón loco trae esa evidencia y prueba cuánto puede cantar y rockear el artista a sus 58 años. El entorno es responsabilidad de Álvaro Henríquez, un productor que, por ejemplo, no piensa en un
solo de saxo sino en secciones de saxos que marcan el ritmo y hacen mucho más por la canción, y que determina de punta a cabo el sonido del disco con timbres siempre análogos de órganos, pianos, guitarras y baterías.
Con trémolo y vibrato todo en uno, la voz de José Alfredo Fuentes está entre las vibraciones más identificables del repertorio chileno y aquí se oye siempre en primer plano, capaz de interpretar la inspiración melódica de "Te seguiré queriendo", la raigambre tanguera de "Mala suerte" o el delirio de locura similar al de Aznavour en "Isabelle" con que termina "Corazón loco": más que cantar, José Alfredo Fuentes escenifica esas melodías. "Spinning wheel", de los estadounidenses Blood, Sweat & Tears, es el cruce rockero exacto entre Fuentes y Henríquez, y "Calderero", cantada a dúo, es una canción nueva, pero también parece venir de hace treinta años.
Cuatro canciones son del propio Henríquez, y se nota en versos de "Volver a creer" como "Me arrendé una mente para comprender" o en las armonías de "Mujer enamorada" que recuerdan a la última época de Los Tres. Eso hace de este disco además un encuentro de generaciones vía un intercambio perfecto: el carácter de José Alfredo Fuentes acerca aún más a "Hospital" al estilo melódico de la versión original que Henríquez grabó en 2002 con los Pettinellis. Y el productor pone en contacto al cantante con Café Tacuba en una versión más intensa y sentida del bolero "Esa noche", original del grupo mexicano.
José Alfredo Fuentes tiene al fin la última palabra. La canción más descarnada del disco fue escrita por el propio cantante, se llama "Decepción" y en sus versos el autor se compara con un limón sin jugo, un premio en la bodega, un reloj sin un mañana o un trapero del que manda, en un tono tan confesional que la primera palabra es una exclamación y se escribe "p’tas", pero para la segunda estrofa ya José Alfredo
Pollo Fuentes dice "putas" con todas sus letras. Y el final está para la antología del año: es una primera toma del cantante entonando "Te perdí", la misma canción nuevaolera que escribió en 1968, mientras el veterano pianista Rubén Gaete la transforma en un tango y en
Corazón loco José Alfredo Fuentes termina de nacer de nuevo.
David Ponce
José Alfredo Fuentes, "Corazón loco" (2005, La Oreja / Bizarro).
1. Mujer enamorada. 2. Hospital. 3. Corazón loco. 4. Te seguiré queriendo. 5. Calderero. 6. Esa noche. 7. Ahora no. 8. Mala suerte. 9. Spinning wheel. 10. Volver a creer. 11. Decepción. 12. Te perdí.
Músicos: José Alfredo Fuentes (voz, guitarra), Álvaro Henríquez (guitarras, piano, teclados, bajo, coros), José Antonio Osses (guitarra, acordeón, órgano, teclados), Rodolfo Henríquez (acordeón, bajo), Ricardo Álvarez (saxos), Sebastián Cabib (bajo, pandero), Manuel Basualto (batería, pandero, cencerro), Arturo Salinas (programación).
Invitados: Emmanuel del Real (guitarra, coros), José Alfredo Rangel (guitarra, coros), Enrique Rangel (bajo, coros), Rubén Gaete (piano, órgano), Patricio Salazar (batería).
Producción: Álvaro Henríquez.
Duración: 45’18’’.
www.laoreja.com |