''No es que haya variado gran cosa el sonido, no fue un gran cambio, fue un alivio para todos. Si alguien no tiene ganas de hacer algo, no lo vamos a obligar'', dice Ale Sergi sobre la partida de Bruno.
www.esmirandamiamor.comPor mucho que Lolo haya vivido en Chile, o que la primera vez que tocaron en el país haya sido en un pequeño local de Bellavista, hay en Miranda! un innegable aire de estrellas pop.
No miran por arriba de los hombros ni nada parecido, pero varios son los ojos que se posan sobre ellos en los comedores del hotel en que se hospedan, mientras desayunan sin sacarse los lentes de sol. Una dinámica que se invierte por completo cuando los que llegan al recinto son un curso básico entero, caminando en fila detrás de sus profesoras.
"¿Que los traen de visita guiada al hotel?", pregunta Alejandro Sergi, vocalista de la banda. "Miren, así viven los ricos", acota Lolo (sí, el de la guitarra).
Ale: Claro, qué les muestran.
Lolo: Están re felices.
Ale: Están contentos porque no tienen que ir al colegio.
Lolo: A mí nunca me llevaron ni a un museo.
Un instante en que el cuarteto que completan Juliana Gattas y Nicolás Grimaldi (Monoto), parece volver al anonimato que hace un disco abandonaron casi totalmente. Eso ya que Sin Restricciones (2004), el álbum de "Yo te diré" y "Don", transformó el de la banda en un nombre continental, lo que ahora confirman con la edición de El disco de tu corazón.
-¿Pensaron que con Sin Restricciones podían llegar hasta ese punto?
-Ale: No, nunca. No pensamos que Miranda! iba a trascender de los bares porteños. Cuando empezamos tampoco teníamos mucha ambición, éramos bastante escépticos con la fama. Además que nunca hemos sido muy de hablar del futuro, es algo que aprendimos después de tantos años de fracaso.
-Y después de un proceso como ése, ¿cómo se enfrentaron al trabajo para El disco de tu corazón?
-Ale: No hubo una presión, pero sí pasó que por primera vez tuvimos presupuesto. Estábamos acostumbrados a grabar todo en mi departamento. Como en Sin Restricciones nos fue tan bien, esta vez la compañía nos dijo "elijan dónde y con quién hacerlo, que vamos a poder pagarlo". Ésa fue la gran diferencia. No hubo apremios de tiempo ni económicos. Y sobre la presión, cuando editamos Sin Restricciones ya nos hablaban de eso.
-Lolo: Después nos van a decir "cómo es la presión del cuarto disco".
-Miranda! tiene un sello sonoro propio que también se expresa en este disco, ¿hay algún punto en el que hayan querido marcar la diferencia respecto de los anteriores?
-Ale: Me parece que es una mezcla de los dos con algunas cosas nuevas. Tiene más instrumentos, más capas de sonido, hay mucho más trabajo instrumental y vocal. Sin Restricciones es súper minimalista. El disco de tu corazón se parece más al primero (Es Mentira, 2002), que tiene más arreglos, pero como está grabado en un PC de 500 dólares no se escucha nada.
-Ahora tampoco está Bruno (ex programador), ¿qué significó su partida en términos musicales?
-Ale: El asunto es el siguiente: Nosotros empezamos a tocar como amigos, nunca nos obligamos a participar de la banda, y últimamente a Bruno no se lo veía muy entusiasmado y medio que no aportaba nada. Las programaciones en este disco las hice todas yo, que también las hacía cuando empezó Miranda! No es que haya variado gran cosa el sonido, no fue un gran cambio, fue un alivio para todos. Si alguien no tiene ganas de hacer algo, no lo vamos a obligar.
-¿Cómo lo suplirán en vivo?
-Ale: Con un tecladista invitado, que por lo mismo aporta un sonido más orgánico. Ahora sólo las baterías saldrán programadas, los teclados se tocarán en vivo, y nosotros estamos tocando más instrumentos en vivo también.
-La primera vez que vinieron fue a un pequeño local de Bellavista, y al tiempo ya estaban en el Festival de Viña. ¿Qué lecturas hacen de ese proceso?
-Lolo: De un crecimiento. Si bien en un momento tuvimos el salto a Viña, tuvimos una carrera que fue in crescendo, al igual que en Argentina. No así en México y otros lugares, a los que llegamos con un disco que estaba pegando. Por eso también tenemos un cariño especial por este país.
-Otra cosa que llamó la atención fue la gran llegada que tuvieron en los niños, ¿por qué creen que se dio?
-Ale: Nuestro público fue mutando mucho. Lo que pasó en Chile fue lo mismo que pasó en Argentina, porque desde el principio hemos estado viniendo. Para nosotros no hay explicación, sólo que nuestra música es de verdad universal, no tiene edad, ni sexo, ni nada. Cualquiera la puede disfrutar. Y va a seguir mutando