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Folk, rockero y francés

Una breve gira por Santiago, Concepción y Valparaíso en diciembre será el primer encuentro entre el público chileno y este cantante, el más destacado entre las nuevas generaciones en su país. "Es casi una recompensa para mí llegar a lugares donde la gente habla otro idioma", dice.

03 de Diciembre de 2007 | 13:11 |

Dominique A prefiere llegar de a poco. El músico parisino, el más adelantado entre la escena de cantantes y autores que en la última década y media han acercado el rock a la tradición musical francesa, va a tocar por primera vez en Chile este mes. Y aunque como buen cantante de rock tiene un grupo, como buen cantante folk esta vez viene solo.

-Voy solo, de hecho, pero no será por eso un concierto acústico -advierte, por teléfono desde Bélgica, días antes de emprender el viaje a Sudamérica-. No se trata de guitarra seca y voz. Es muy eléctrico, uso mucho un efecto de sampler en el escenario. En realidad me sampleo (graba y reproduce su propia voz en tiempo real) en directo, y es bastante rockero. Entra en momentos muy calmados y luego en momentos de mucha energía.

-¿También son muchas guitarras, entonces?
-Eso es, sí. Son capas de guitarras adicionales. Puedo hacer tres mil si quiero.

-¿Es por razones artísticas, te gusta ese sonido, o porque es más difícil venir con un grupo de más músicos?
-Bueno, en realidad es por razones de financiamiento, pero hago giras así en Francia porque me gusta mucho pasar de un ejercicio al otro. Me alegra también llegar a un país donde no he tocado ni estado, y llegar de la forma más simple posible. Me parece bien ir donde ustedes casi desnudo -sonríe-. Y después de ir una o dos veces solo volver con el grupo. Es dejar que la historia se construya un poco.

-¿Es más exigente tocar solo?
-No lo creo, porque el concierto puede cambiar como uno quiera, y es mucho más simple. Es más complicado lograr una energía de grupo, y al mismo tiempo el concierto no puede cambiar tanto, estamos obligados a respetar las canciones, no se puede improvisar. Hay más libertad en ir solo, y por lo tanto es más fácil.

Internet y la retaguardia

Dominique A traerá a Chile su álbum editado en octubre pasado, Sur nos forces motrices (2007), un nuevo cruce de canción acústica con elementos del pop y el rock. Es la novena grabación de su carrera tras La fossette (1992), Si je connais Harry (1993), La mémoire neuve (1995), Remué (1999), Auguri (2001), el triple compilado Le détour (2002), Tout sera comme avant (2004) y L'horizon (2006), además de diversos discos breves como el EP L'attirance (1998).

-Va a haber muchas canciones que no están en el disco, porque hay algunas de las anteriores que salen mejor en solo -explica-. Habrá una mezcla de todos mis discos, con una mitad de canciones nuevas.

-Es tu primera vez en Sudamérica pero tienes la experiencia de ser bien conocido en España, por ejemplo. ¿Cómo funciona tocar para un público con el que no compartes el mismo idioma?
-Para mí funciona muy bien, porque busco ante todo hacer música. De hecho cuando toco en los países francófonos tampoco hablo mucho. Tocar frente a personas que no hablan mi idioma sitúa todo en la música, y en la capacidad de canalizar emociones musicalmente sin usar las palabras. Incluso trabajo el aspecto musical del idioma, más que el significado. Cómo decirlo… es casi una recompensa para mí llegar a países donde la gente habla otro idioma.

-Has actuado con Yann Tiersen, que estuvo aquí este año. ¿Te ha hablado de cómo fue su paso por acá, o tienes alguna idea?
-No todavía, pero me encanta la idea que sea un debut y de que los discos sean distribuidos y la música pueda circular. Lo que más me gusta de España es que fue algo que pasó a lo largo de doce años. Fui una vez, después otra vez, se construyó poco a poco y ahora la música es más conocida. Me gustaría construir lo mismo en Argentina y Chile. Siempre hace falta que los discos estén disponibles, porque si no vas un vez y luego no vuelves más.

-¿No es un poco conservador ese último punto, Internet no permite prescindir un poco del disco?
-Lo sé, pero soy de una generación de necesta un objeto, una carátula. Sí, voy un poco en la retaguardia, lo sé. Pero al mismo tiempo, en relación con eso, hay algo de lo que se habla bastante poco, que es que el sonido en Internet no es muy bueno. Ya el sonido del CD es menos bueno que el vinilo, y esto es aun menos bueno. Incluso si es evidente que para alguien de quince años hoy un disco es como un objeto prehistórico, para mí no está completamente obsoleto. Internet es desde luego un difusor de la música, pero el problema de Internet es que vamos a bajar canciones a diestra y siniestra, y es tal la profusión de cosas… en un disco hay un grupo o una persona detrás, te toma cuarenta, cincuenta minutos escucharlo, hay una relación de tiempo que corresponde. Creo que hay gente que todavía necesita eso, un objeto, algo visual.

Rock & folk y la tradición

-Aunque tengas un grupo eres un solista. ¿Hace una diferencia eso o es sólo un asunto de nomenclatura, llamarse Dominique A o tener el nombre de un grupo?
-Es evidente que soy yo quien carga el asunto a sus espaldas, pero lo que se escucha en vivo es un trabajo en común, donde soy el capitán del barco, pero no dirijo gran cosa, en realidad. Me gusta mucho la idea de que un músico aporta una idea en una canción y que trabajemos todos en esa idea y hacemos algo nuevo. El sonido, la manera de arreglar las canciones, es el aporte de cada músico. Se trata siempre, en todo caso en períodos limitados, se trabajar lo más posible con un grupo. Sabiendo que no es un grupo. Eso permite desembarazarse justamente de los problemas de un grupo: quién firma las canciones, quién es el responsable. Pero no ejerzo de propietario de mis canciones. Todos trabajamos en ellas.

-¿Cuál es la importancia del rock para ti a estas alturas, es una influencia al comienzo, sigue siendo relevante ahora?
-Sí, es importante, salvo que ya no sé qué es rock. Cuando estoy solo o cuando estoy con otros músicos puede sonar de modo rock, con esa energía del rock. Digo a menudo cuando me preguntan que hago folk, porque es una música muy local: canciones en francés. Y al mismo tiempo el folk es eso, cada país tiene su folk. La propiedad del folk a priori es ser una música local que puede difundirse internacionalmente justo porque es muy local. Así que pienso que lo que hago es muy típicamente francés. Pero es cierto que en relación a la escena mi energía es muy rock.

-A propósito de eso, ¿qué es lo que te gusta de esa tradición de cantantes de habla francesa?
-Realmente hay muchas cosas. Entre los antiguos cantantes franceses, bueno, "antiguos" -sonríe-, hay gente de los años '70 y '80 como Alain Bashung, y hoy hay una generación como la de Holden, Miossec, Armand Méliès … tengo la impresión de que tratan de desarrollar algo con influencias muy anglosajonas, pero proponiendo algo específico.

-Cuando dijiste "antiguos" pensaba en Jacques Brel, en Georges Brassens. ¿Ellos también son una referencia o es ir muy atrás?
-Sí, claro, eso cuenta enormemente. De hecho Jacques Brel o Leo Ferré son cosas que escuché cuando era niño porque mis padres tocaban los discos. Ni siquiera lo elegí. Es cierto que fue muy importante porque me dio el gusto por las palabras, por la armonia y por la canción en general. Es tan evidente que ni siquiera me acuerdo de decirlo -sonríe-. Es justo decir a propósito de Brel que él detestaba la música pop. Y no es en absoluto mi caso. Yo estoy en medio de las dos: en la música pop y al mismo tiempo con influencias muy francesas.

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