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La magia del sur

Tras vivir entre Los Ángeles y Santiago, la banda sureña se instaló en la capital, grabó su segundo disco, Primavera de Praga y esperan mostrarlo todo el 2008. Canciones poderosas que evitan los arreglos “onderos” para volcarse en el clasicismo del pop británico como pista de despegue. Más que una promesa, Primavera de Praga es una certeza para el nuevo año.

02 de Enero de 2008 | 10:19 |

Las diez de la mañana es, según el mito, la hora en que los músicos recién se están quedando dormidos. Sin embargo, Primavera de Praga son los primeros en abrir la casona de Bombero Núñez en Bellavista, donde tienen su sala de ensayos. Están repasando su flamante disco homónimo. Pura raíz británica, que anuncia el inminente fin de la juventud, usando ese recurso tan Beatle de revisitar la niñez y los amores perdidos. Piano rock, hecho entre Los Ángeles y Santiago, donde ya están instalados y algo desconcertados con la posible recepción del álbum, el segundo de su historia, y que se llama Primavera de Praga.

"Es peligroso el ondismo que hay acá", dice Leonardo Sanhueza (voz, guitarra y piano). "Hay bandas que sin tener buenas canciones y sólo por manejar los contactos adecuados aparecen en todas partes. Pero al final, qué importa, nosotros confiamos en este disco". Lo dice muy serio, sentado al lado del teclado, mientras el resto -de un promedio de edad de 23 años- señala estar de acuerdo.

Desde el primer single "Advertencia", y luego escuchando sus otras generosas catorce canciones, se puede entender la convicción del grupo. Primero, en lugar del recurrente sonido anguloso con grandes espacios entre instrumentos, ellos optaron por la concentración. Sobre todo las guitarras. Sumémosle las letras, fundadas en la tensión de quedarse encerrado en la habitación o salir a la calle a poner las cosas en su lugar. Y finalmente, la vocación por el pop inglés, desde los riffs de los Kinks más mods, pasando por los pianos barrocos de 1967, hasta la actitud de sus admirados Supergrass. "Colores", como ellos dicen, destacando la carátula donde aparecen sus retratos pintarrajeados con lápices de colegio. Una estupenda pista de salida para esos estribillos que al parecer sólo puede componer la gente que emigra del sur.

Aperrando en la Metrópolis

"Llegamos a Santiago y aperramos. Antes viajábamos intermitentemente pero siempre volvíamos a Los Ángeles. Ahora estamos acá. De hecho yo trabajo en la mañana y para grabar este disco llegaba muerto al estudio. Eso le dio otra onda a lo que grabé y me gustó como quedó", explica Pablo Freire (bajo).

La banda, formada en 1999, ganó dos concursos que la obligaron a profesionalizarse: Balmaceda 1215 (2002) y Bandas de Chile (2004). "En esa época la manager de Los Bunkers nos fue a ver y nos invitó a telonear a la banda en el Foro de la Universidad de Concepción", recuerda Carlos Beltrán (guitarras). El sonido poderoso y sobretodo, el buen trabajo compositivo, llamó la atención de gente como Alejandro Gómez (Solar, Alamedas) que ayudó a producir Antología (2005) su disco debut. Incluso grabaron una Rara Tocata Nueva en la radio Rock and Pop (donde hicieron un cover de la muy yeyé "Saturn 5" de Inspiral Carpets). Sin embargo, sólo ahora están comenzando un trabajo de promoción serio.

"Queremos hacerlo ordenado. El proceso completo. Ni siquiera hemos pensando en México aún. Queremos mostrar este disco y que nuestras canciones sean conocidas acá primero", dicen a coro. Y en eso están tras tocar en el Rockódromo (junto a Mauricio Redolés, Chancho en Piedra, La Floripondio, entre otros) el viernes pasado en Playa Ancha. Ahora revisan una agenda que comenzaría en enero con una fiesta Mod en la Blondie.

Tu vida en canciones

"No es que seamos muy melómanos ni nada de eso. Lo que nos interesa son las canciones. Esos secretos que tienen para con pararte los pelos", dice Saavedra. Él comparte la idea que la canción pop es uno de los subgéneros artísticos más importantes nacidos en el siglo XX. Y también, que ser del sur es un plus. "La  gente te presta más atención si eres una banda que viene de la Octava Región". "Porque más al sur, en Temuco o Valdivia, la gente es metalera, jaja", piensa Freire.

El misterioso sello musical que tienen las bandas de la Octava Región, puede deberse también a un factor ambiental (días lluviosos, atardeceres despejados épicos), dicen. O hilando más fino, con la carencia de locales tipo La Batuta en los '90 y la obligación de componer y sacar canciones en la pieza, sólo con la radiocassette a todo volumen.

Pero esto también puede jugar en contra. Especialmente en una primera escucha del disco. Es tan fuerte la marca de Los Bunkers como referente de "britpop nacionalizado", que las comparaciones son prácticamente inevitables. "Es un honor que nos comparen con ellos", dice Beltrán. Sin embargo el oyente atento podrá descubrir la identidad y las intenciones de una banda que más que promesa, es una certeza para el 2008.

Saavedra: Es bueno que se note eso. El disco tiene una identidad. Si te fijas, comienza con las canciones más breves y al hueso, luego vienen otras más extensas, ganando también en intensidad. Llega a un clímax cerca del final y luego termina lentamente. El orden de los temas del disco sigue esta lógica que también está presente al interior mismo de las canciones individuales. Comienzo, clímax y muerte. Al final es una reproducción de la vida.

-¿Crees que al fin ahora en el rock chileno se está dando una buena competencia por quien compone la mejor canción?
Saavedra:
Absolutamente. Eso es lo mejor que puede haber. Que a las bandas les importe componer buenas canciones. Ahí tienes a Teleradio Donoso, a Javiera Mena y todos ellos. Es lo único que sirve para potenciarnos. Que estemos todos en la misma.

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