Liverpool 8

El beatle más simpático y con peor voz no ha dado un paso musical solista digno de comentario desde el sorprendente Ringo, de hace ya 34 años. Una cosa es la atención esperable a cualquier publicación de un ex socio de Lennon y McCartney, y otra diferente una edición de real relevancia creativa. De Ringo no se esperan hoy más que saludos a la bandera de una nostalgia comprensible por su pasado de gloria, y Liverpool 8 los incluye por montones y con la gracia de una producción imaginativa dentro de los márgenes en extremo básicos de estas doce composiciones.

Quienes comprendan inglés quizás se conmuevan con los saludos que Ringo les envía a sus ex compañeros en The Beatles, a la ciudad que los vio nacer, a varios de los amigos que moldearon con él lo mejor de la música de los años '60 y '70 (la referencia más evidente es el tributo al disipado Harry Nilsson de "Harry's song"). El tema que envuelve estas canciones es el amor universal, y hasta podría definirse a "If it's love that you want" como una suerte de sobrino (muy pequeño, claro) de "All you need is love": el mismo espíritu humanista, el mismo vuelo en los arreglos, hartos coros.

Si Liverpool 8 suena a un disco nostálgico y algo ingenuo, parece justo recordar que lo ha hecho un músico de 67 años. Su ánimo revisionista y sin ganas de innovación es el mismo que podría atribuirsele al último álbum de Paul McCartney, quizás porque la nostalgia beatle es una licencia por la que hoy sólo dos personas vivas tienen derecho a cobrar regalías.

—Cristina Hynde