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Debutó obra brasileña que incluye un baño de sangre en el Hospital Salvador

La compañía "da Vertigem" presentó anoche su versión del "Libro de Job" en un escenario montado en la abandonada sección de maternidad del viejo sanatorio. Hay que tener resistencia para verla completa.

18 de Enero de 2008 | 14:04 | Leonardo Núñez, El Mercurio Online
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La sangre regada en el piso de Job acompaña toda la obra. Se recomienda no asistir con ropa blanca.

Santiago a Mil

SANTIAGO.- Si usted quiere ver la obra “El libro de Job” tiene que tener un estómago resistente. No debe tenerle asco a la sangre ni sufrir de claustrofobia en hospitales. Y, sobre todo, comprar su entrada con tiempo. No se aceptan más de 50 personas por función.

Las restricciones se deben a la particularidad de este montaje de la compañía de teatro brasileña “da Vertigem”, que trajo su último espectáculo a Chile en el marco del Festival Santiago a Mil.

Inspirada en el texto bíblico del mismo nombre,  la obra está escrita para presentarse en hospitales, donde el público tiene una activa participación.

Arte y jeringas

En Santiago, se eligió el ala de maternidad abandonada del hospital Salvador, donde uno de los integrantes de la organización, comentaba anoche en el debut de la obra que “se desinfectó el lugar, pero no mataron a los ratones”.

La escasas entradas se deben a que el público debe seguir por los pasillos de esta sección del hospital, el desarrollo del montaje y en penumbras, porque se presenta después de las 21:00 horas. Sobre 50 personas, el recorrido se haría muy difícil.

En la primera escena, hombres y mujeres desnudos, aparentemente muertos y con sus cuerpos pegados a la ventana, dan la bienvenida al hospital como si se entrase a una morgue.

Enseguida, se es guiado por médicos y enfermeras que te llevan hasta Job, el personaje principal, un hombre casi en los huesos y con la cara a punto de ser desfigurada por una revelación. Hasta ahí, todo bien. Pero basta que Job abra la boca, para que de la impresión, los asistentes pongan cara de de interrogación.

Es que Job habla portugués, como el resto del elenco y es muy difícil entender algo. Todo sería muy distinto si se hiciera un esfuerzo por dialogar en “portuñol”. Una situación no menor y que provocó anoche que una mujer exigiera que le devolvieran el dinero por su entrada. No entendía nada.

Así que hay que documentarse. Saber que el libro de Job  cuenta la historia de un hombre “religioso, bueno y justo, a quien Dios permite que Satanás someta a numerosas y espantosas pruebas”.

Mientras Job sufre bajo las acechanzas del Mal -se le mueren los animales, la familia y se pega hasta la sarna- tres amigos intentan consolarlo, tratando de convencerlo de que si sufre es por culpa de sus propios pecados.

Sangre en los zapatos

Ante esta confusión por el idioma, queda disfrutar de las potentes imágenes de la obra. Como cuando a un Job desnudo, lo meten a una tinaja con sangre y el público, como caminado hacia el matadero, debe seguirlo. La estela de sangre se seca y se pega en los zapatos como caramelo. ¿Algo así se sentirá en un centro de tortura?

Otro punto alto de la obra se desarrolla en las habitaciones abandonadas del hospital. En ellas, hay enfermeras que cantan y pacientes que han perdido la razón, que se peinan de manera compulsiva o hacen fogatas para acompañar a Job en su viaje de dolor y rabia por ser un juguete de fuerzas que no puede controlar.

Sólo quedan funciones hoy y mañana. No vaya con ropa blanca.

Obra: "El Libro de Job"
Dirección: Antonio Araújo
Elenco: Cácia Goulart, Daniela Carmona, Luciana Schwinden, Roberto Áudio, Sérgio Siviero
Compañía: Teatro da Vertigem
Duración: 1 hora 15 min.
Lugar: Hospital Salvador.    
Funciones: 18, 19 y 20 de enero
Horario:     22:00 horas
Precios:    $ 10.000 entrada general (20% de descuento por Club de Lectores y
Entel PCS), $ 5.000 estudiantes.

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