Los diez de la antifama

Es lunes al mediodía y en Santiago el sol pega fuerte. El calor parece concentrarse especialmente en un acolchado box de ensayo que se hace chico para esta orquesta de diez músicos. Se trata de uno de los dos días sagrados de la semana en que la agrupación se reúne para ensayar. Disciplina y rigor para crear la fusión parece ser la consigna.

La composición de MediaBanda se explica de la siguiente forma. Al núcleo conformado por los ex Fulano Arlette Jequier (voz y clarinete) y Cristián Crisosto (flauta traversa, saxo alto, saxo tenor y saxo soprano) se han sumado una tropa de jóvenes músicos, todos profesores en su disciplina. “Mi idea era trabajar con gente joven, no quería trabajar con gente de mi generación”, explica Crisosto.

Con ese objetivo y sin buscar demasiado, llegaron ocho músicos de las más diversas escuelas. Regina Crisosto (voz y teclado-marimba) quien es además hija de la pareja, Diego Aguirre (guitarra), Santiago Astaburuaga (bajo), Cristóbal Dahm (saxo alto, saxo barítono y clarinete), Marcelo Maira (saxo tenor), Sebastián Dintrans (guitarra), Jaime Ramos (teclados) y Cristian Hirth (batería).

Admiten que al disco doble Dinero y terminación nerviosa (2007) no lo han promocionado mucho. Sin embargo, la omisión no impidió que MediaBanda fuera escogido como la mejor agrupación chilena de 2007 según Wikén. Para este año preparan un DVD en vivo con las presentaciones y backstage de la gira europea que realizaron el año pasado. Posibilidad de constatar cómo se materializa en vivo “el eclecticismo antihegemónico” de esta decena de músicos que, según ellos mismo, nadie conoce.

-En el disco hay una canción titulada “Nadie nos conoce aún”. ¿Realmente quieren ser famosos?
-Crisosto: Siempre que no haya algún precio. No es por carencias afectivas que queremos que nos conozcan, es por que más gente disfrute de lo que hacemos. Una vez me preguntaron si no me daba envidia Kudai u otros grupos populares que tenían un montón de gente que los iba a ver. Y yo le dije que era mucho más difícil juntar gente inteligente (risas).

-¿En qué escenarios se mueven?
-Jequier: Son muy variados. Hemos estado en festivales de jazz y rock. Ahora vamos a La Batuta, a universidades, salas. Hicimos una gira por el sur. En el Día de la Música no se pudo por problemas técnicos.

-¿Pueden definir a su público?
-Crisosto: Es un sesgo etéreo que es transversal. Van desde niñitos de 90 años y otros de doce. Se nos acerca gente de 60 y 70. Hay un porcentaje de gente que necesita la sorpresa y eso no lo encuentra en la radio.

-¿Cómo se generó el proceso de reclutar integrantes?
-Crisosto: Hay dos etapas. Esto partió con un disco donde yo hice todos los temas, que me demoré cuatro años en hacer. Entremedio, empecé a pensar quien podía sumarse al grupo. Al final no fue necesario ir a buscarlos, llegaron solos. Santiago Astaburuaga era compañero de mi hija Regina, Diego Aguirre también. A Sebastián Dintrans me lo presentó un alumno que me dijo: “Tienes que escucharlo”. Hasta que fue un día yo le mandé unas partituras y se las sabía de memoria. En la segunda etapa se integra Cristóbal Dahm, amigo de Marcelo Maira. Con él ganamos tres instrumentos por el precio de uno: saxo alto, saxo barítono y clarinete. El profesor Jaime Ramos es un aporte humano-musical: es el más ordenado del grupo. Esa la segunda generación de MediaBanda, como en "Rojo".

Entre la inseguridad y el ego, trabajo registrado en 2004, fue compuesto íntegramente por Cristián Crisosto. En esta ocasión, para Dinero y terminación nerviosa, más gente se sumó a la tarea. “Están escribiendo música Christian Hirth, Sebastián Dintrans y Diego Aguirre. Somos cuatro compositores. Siempre hay un trabajo grupal, de taller. O sea, hay una democracia”, señala Crisosto.

-¿No se disparan las canciones con esta forma de trabajo?
-Jequier: No. Hay un concepto, un enfoque similar, en intención, en búsqueda de sonido. Es lo que hemos llamado desde hace mucho tiempo “eclecticismo antihegemónico”. Como no somos de ningún lado, tenemos la posibilidad ser amplios. Eso es la fusión.

-¿Alguna vez han caído en la tentación de componer un hit?
-Dintrans: Tenemos muchos hits.
-Jequier: Pero para otros oídos. Tenemos buenos hits pero a nadie les gustan (risas). Cuando oigo uno yo digo qué suerte que toquen con todo el potencial, es comercial y encajan. Nosotros también pero no encajamos con lo esperado. Por eso nos vamos por otra área, que es la artística.
-Crisosto: Un manzano da manzanas, quizás ahora con los transgénicos salga otra cosa… pero yo no me propongo lograr algo cuando estoy componiendo.
-Jequier: Además si quisiéramos hacer un hit, es solo cuestión de hacerlo...
-Crisosto: Es cosa de acordarse de cuando tenías polola: yo la quería y se fue, después volvió, no era la misma…

-¿Esta MediaBanda tiene algo que ver con ½ Banda de 1980?
-Crisosto: Sólo el nombre. Fue un homenaje a Jaime Vivanco (fallecido pianista de Fulano en 2003). Cuando estábamos buscando nombre para el grupo, él falleció. Yo diría incluso que es opuesta a la primera banda. Lo que hacíamos entonces era fumar cuetes y de tres horas de trabajo registrabamos tres minutos. Ahora no. Tocamos sobrios, componemos y es en papel.

-¿Qué importancia tienen los textos en la formación actual?
-Crisosto: Hasta momento el que ha compuesto las letras soy yo. A mí los grupos instrumentales me aburren terriblemente. Es responsabilidad de la persona que está haciendo una creación el situarse en la realidad que vive, retratar o emitir un juicio. Es evadirse de una realidad cuando no se dice nada.

-¿De qué temas están hablando?
-Crisosto: De lo que pasa en una sociedad como la nuestra. La abulia, la televisión, la rabia, las frustraciones, la esperanza.
-Jequier: También hay visiones más espirituales.
-Crisosto: En el “Doctor Vertical” es pensar en que se fue tu amigo y que lo puedes seguir. Imaginarte que él esta en el universo y que anda tocando piano por el espacio.

-¿Cómo es el proceso de grabación para un grupo que trabaja con la improvisación?
-Crisosto: Nosotros tenemos elementos de improvisación, espacios definidos donde se permite. En su mayoría está todo escrito, incluso asquerosamente. Creo que una de las cosas que deberíamos lograr en el tercer disco es liberarse de la partitura.
-Jequier: Para entrar al estudio, como son todos mateos, se llega con todo absolutamente aprendido. La grabación es en Santuario Sónico, con Juan Pablo Quezada, quien es como parte del grupo. En este disco nos demoramos un mes, 200 horas, complejo para una banda de diez personas. Lo que hacíamos en Fulano era al revés. Partimos de la improvisación y nos fuimos estructurando.

-¿Cómo es trabajar con su hija Regina?
Jequier: Es uno de los temas del grupo. Tiene una connotación especial: somos familia.
-Crisosto: Cuando se me ocurrió hacer el grupo tenía claro que quería estar con mi hija y con Arlette. Y los demás integrantes son innecesarios (risas). De repente te peleas con tu señora y los demás han tenido que sufrir eso.

-En relación con la escena musical chilena, ¿se identifican con algo?
Jequier: Sentimos que lo que hacemos no tiene que ver con ninguna banda. Acá no hay demasiados grupos que hagan fusión entonces no hay tanta presencia. Congreso es fusión latinoamericana.

-¿Cuanto hay de dinero y cuanto hay de “terminación nerviosa” en el grupo?
-Dahm: Dahm: Muy poco de dinero. Yo creo hay mucho más de terminación nerviosa por de dinero, no hay ni uno.
-Crisosto: El nombre viene de una cuestión política segregatoria. Generalmente, los derechistas bailan como el forro, pero tienen plata. Entonces el ideal de un tipo así es tener la plata y la sensibilidad de bailar y cantar, ser un artista de derecha. Piensa, ¿qué entes culturales tiene la derecha? Ninguno, si la cultura la genera la izquierda. Esa es la explicación del nombre.
Jequier: Entonces no hables de izquierda y de derecha, di que hay ciertas personas…
Crisosto: Mijita, yo quiero hablar de izquierda y de derecha…