Yael Naim

Yael Naim avanza en una especie de sala de música montada sobre una balsa en las fotos de su disco, y es una buena imagen para asomarse a sus canciones. Natural como el paisaje, transparente como el agua y fresca como el aire libre del viaje es la música de esta cantante del mundo, nacida en París en 1978, hija de padres tunecinos y criada desde los cuatro años en Tel Aviv, capital de Israel.

Y parte de su historia se cuela por la música. Cumplió diez años de Conservatorio y piano clásico, cumplió los dos años de servicio militar que en Israel son obligatorios para hombres y mujeres, y cumplió hasta con un inadvertido primer disco llamado In a man's womb (2001) sin perder la visible aptitud para la música pop que muestra ahora. Ya la primera de estas canciones es la melodía de una emigrante: en "Paris" Yael Naim canta en tres idiomas y se cuestiona en francés "Sí, soy tan feliz, pero ¿por qué entonces lloro por las noches?".

"Paris" es un valsecillo acústico, la primera de todas estas muestras delicadas de folk pop con muchas incrustaciones electrónicas y detalles acústicos. Otra, llamada "Lonely", es sólo piano, violines y voz. La guitarra y el piano suelen ser la base y la propia cantante toca esos instrumentos además de melódica, órgano, campanas, flautas y los buenos coros al final del single "New soul". Viaja escoltada por el multiinstrumentista antillano David Donatien y varios invitados que ponen a sonar sobre su balsa una colección de trombones, ukelele, kalimba, xilófono, udú y pájaros, y, ya sea optimista o melancólica, ella se muestra afinada hasta en los tonos más contrastantes. Así llega a lograr una trasformación asombrosa de "Toxic", éxito del cuarto disco de Britney Spears, In the zone (2003), y muchas de sus canciones tienen títulos y letras en hebreo. Yael Naim puede hablar tres lenguas en la misma canción, pero su idioma principal es el mismo: la sensibilidad con que compone y canta estas melodías.